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Viral: un famoso argentino apareció en la serie "The Last of Us" y explotaron las redes

El primer episodio de la nueva temporada de The Last of Us sorprendió con un guiño inesperado que emocionó al público argentino.

Agus Monti
por Agus Monti |
La nueva temporada de The Last of Us arrancó con un detalle que los fans más atentos reconocieron al instante y que llenó de orgullo a la audiencia argentina.

La nueva temporada de The Last of Us arrancó con un detalle que los fans más atentos reconocieron al instante y que llenó de orgullo a la audiencia argentina.

El regreso de la serie The Last of Us en su segunda temporada trajo una revelación inesperada que se viralizó en redes sociales. La aparición de Gustavo Santaolalla en The Last of Us generó un verdadero revuelo entre los fanáticos, tanto de la serie como del videojuego. Aunque fue un cameo breve, no pasó desapercibido. Su presencia funciona como un guiño emotivo, una especie de ovación silenciosa a quien puso sonido a una historia que cambió la narrativa del entretenimiento moderno.

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El episodio estrenado el domingo 13 de abril de 2025 en MAX (antes HBO MAX) incluyó una secuencia muy especial: en medio de los festejos por el Año Nuevo dentro de la comunidad de Jackson, un hombre mayor aparece tocando un banjo, sereno, en un rincón de la celebración. Quienes conocen bien el universo del juego reconocieron de inmediato al músico argentino, replicando una escena casi idéntica a la de The Last of Us Parte II, donde también se lo ve tocando el instrumento junto a su perro Buckley.

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Una aparición breve, pero cargada de sentido

La escena en cuestión no dura más de unos segundos, pero su carga simbólica es enorme. En el videojuego lanzado en 2020, Santaolalla también aparece en Jackson, sentado y marcando con sus cuerdas el tono íntimo y melancólico de ese mundo postapocalíptico. El hecho de que esta misma imagen haya sido trasladada a la pantalla chica representa más que un simple homenaje: es un reconocimiento explícito al papel fundamental que tuvo en la creación de una de las obras más influyentes de la última década.

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Quienes siguen de cerca el universo de The Last of Us saben que la conexión de Gustavo Santaolalla con la franquicia va mucho más allá de este cameo. Su música le dio identidad al juego original y a su secuela. Su estilo, profundamente emocional y minimalista, se convirtió en la columna vertebral emocional del relato.

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La historia detrás de una conexión legendaria

Cuando en 2013 Naughty Dog lanzó el primer juego de The Last of Us, la elección de Santaolalla como compositor sorprendió a muchos. Ya consagrado en la industria del cine con dos premios Oscar por Brokeback Mountain y Babel, su incursión en el mundo gamer fue vista como una apuesta arriesgada. Pero bastaron los primeros acordes del juego para dejar claro que su presencia elevaba la narrativa a otro nivel.

La música de Santaolalla no solo acompañó los momentos clave de la historia, sino que ayudó a definir a los personajes y sus emociones. La guitarra ronca, las pausas cargadas de tensión, los silencios casi incómodos: todo eso forma parte de un estilo que transformó el concepto de banda sonora en los videojuegos.

Por eso, cuando HBO anunció que adaptaría el juego a una serie, el nombre de Santaolalla volvió a sonar con fuerza. La producción no dudó en convocarlo nuevamente, y su trabajo como compositor se extendió también a esta nueva versión televisiva. Su aporte fue considerado esencial por los creadores Craig Mazin y Neil Druckmann, quienes destacaron públicamente que el alma del juego debía mantenerse intacta.

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La escena de la serie: un nuevo ritual para los fans

El contexto en que aparece Santaolalla en la segunda temporada de The Last of Us no es casual. Su cameo ocurre durante una celebración de Año Nuevo, un momento que simboliza esperanza, comunidad y renovación. Y es ahí donde su figura se inserta de manera natural, como un testigo silencioso del paso del tiempo en este mundo devastado. Con su banjo, aporta una calma que contrasta con la tensión habitual del relato.

Este gesto también funciona como un “easter egg” muy especial para los gamers, una especie de puente entre la narrativa jugable y la narrativa audiovisual. Y aunque puede pasar desapercibido para quienes no jugaron los títulos originales, para el público conocedor es un regalo emocional.

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Orgullo argentino en una producción global

El impacto de Gustavo Santaolalla en The Last of Us va más allá del fan service. Representa el reconocimiento internacional al talento argentino dentro de una de las franquicias más exitosas y galardonadas del entretenimiento actual. Su rol no es anecdótico: es estructural.

En una industria dominada por grandes producciones estadounidenses, que un argentino tenga un lugar protagónico en la creación del tono emocional de una saga como The Last of Us es un motivo de orgullo nacional. Y su cameo en la serie es, de alguna manera, la coronación simbólica de esa contribución.

Santaolalla, que ya había hecho historia en Hollywood, lo volvió a hacer con los videojuegos y ahora también con la televisión. Su estilo único, inconfundible y profundamente humano ha logrado conectar con públicos de todo el mundo. Y su presencia física en la serie reafirma esa conexión.

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De los premios Oscar al universo gamer

Antes de llegar al mundo de los videojuegos, Santaolalla ya tenía una carrera consagrada. Comenzó en la música popular argentina con el grupo Arco Iris, fue pionero del rock progresivo latinoamericano y luego se convirtió en productor de artistas como Juanes y Café Tacvba. Su salto al cine lo llevó a trabajar con directores como Alejandro González Iñárritu y Ang Lee, cosechando estatuillas doradas y reconocimiento global.

Pero en The Last of Us encontró una nueva forma de expresión. Una narrativa interactiva, donde la música no acompaña desde afuera, sino que forma parte del viaje emocional del jugador. Esa capacidad para contar sin palabras, para emocionar con un simple rasgueo, fue lo que enamoró a los creadores del juego.

Neil Druckmann, director creativo de la saga, llegó a decir que “la música de Gustavo es el alma del juego”. Y esa alma está presente también en la serie.