Según el profesor Carlos Fernando Jung, del Observatorio Espacial Heller & Jung, el bólido alcanzó una velocidad de 44,8 kilómetros por segundo antes de desintegrarse.
El observatorio, ubicado en la ciudad de Taquara, logró capturar el evento desde diferentes ángulos, y las imágenes fueron compartidas en redes sociales, generando gran asombro entre los usuarios.
Afortunadamente, la explosión del meteorito no causó daños materiales ni víctimas. El fenómeno fue visible desde varias localidades del estado y se destacó por la intensidad de su brillo, que iluminó el cielo nocturno durante unos segundos.
Aunque el evento coincidió con el período de la lluvia de meteoros Líridas, el profesor Jung aclaró que este meteorito no pertenece a dicha lluvia. En cambio, se asocia con la lluvia de meteoros Phi Ophiuchids, que alcanzará su punto máximo el 11 de mayo.