Con una trama que expande su universo, nuevos personajes y el mismo nivel de tensión, esta película con Emily Blunt y Cillian Murphy acaba de estrenarse en Netflix.
Netflix estrena la secuela más esperada: la película que lleva el suspenso al límite.
Si toda idea potente genera una onda expansiva, en el cine esto se traduce en secuelas. Tal es el caso de la esperada continuación de la película de 2018 que sorprendió al público con su original premisa: una familia obligada a mantenerse en absoluto silencio para sobrevivir. Ahora, esta segunda parte se encuentra disponible en Netflix.
La primera entrega, dirigida por John Krasinski, destacó por su atmósfera opresiva y su apuesta por el minimalismo sonoro, un recurso pocas veces explorado con tal efectividad en el cine de terror. El impacto de la película fue inmediato y su éxito en taquilla llevó a Paramount a apresurar una secuela, la cual sufrió múltiples retrasos debido a la pandemia.
Finalmente, tras una larga espera, la película llegó para responder a las incógnitas que dejó su antecesora y ampliar su universo con nuevos personajes, más acción y el mismo nivel de tensión que cautivó a los espectadores en 2018.
Un lugar en silencio: Parte 2 retoma la historia justo donde terminó la primera película, pero antes de avanzar en la trama, la secuela ofrece un vistazo al pasado con un flashback clave. En esta escena, el matrimonio de Lee (Krasinski) y Evelyn (Emily Blunt) y sus hijos Regan (Millicent Simmonds), Marcus (Noah Jupe) y Beau (Dean Woodward) aparecen viviendo en una ciudad aparentemente normal. Todo cambia abruptamente cuando un objeto volador no identificado se estrella cerca de ellos, desencadenando el caos.
El ataque repentino de las criaturas pone fin a cualquier atisbo de normalidad, sumiendo a la humanidad en un estado de desesperación absoluta. Esta escena inicial, cargada de adrenalina, funciona como un puente entre el pasado y el presente, situando a los personajes en el punto exacto donde los dejamos en la primera entrega.
Ahora Evelyn y sus hijos deben abandonar su refugio y adentrarse en lo desconocido con su bebé recién nacido, cuyo llanto supone un peligro latente. En su camino, encuentran a Emmett (Cillian Murphy), un viejo amigo de la familia que se ha refugiado en una guarida subterránea, completamente desilusionado con la humanidad y reacio a ayudar a otros sobrevivientes.
Este nuevo personaje introduce una capa adicional de conflicto y tensión, ya que su perspectiva más pesimista contrasta con la determinación de Evelyn por encontrar un lugar seguro para su familia.
Uno de los aspectos más llamativos de esta franquicia es el hecho de que John Krasinski, su director y guionista, no proviene del cine de terror ni de la ciencia ficción. Conocido principalmente por su papel en la versión estadounidense de The Office y por protagonizar la serie Jack Ryan, Krasinski había dirigido previamente dos comedias dramáticas de bajo perfil: Breves entrevistas con hombres repulsivos (2009) y Los Hollar (2016).
Este factor jugó a favor de Un lugar en silencio, ya que le permitió abordar la historia desde un ángulo más íntimo, centrándose en las relaciones familiares y la emotividad, algo poco común en el género. En la secuela, mantiene esta esencia, pero se atreve a expandir su universo y a incluir más acción, sin perder el sello que hizo especial a la primera entrega.
Después de una larga espera, Un lugar en silencio: Parte 2 finalmente llegó a Netflix con la promesa de mantenernos al borde del asiento. Con una trama que expande su universo, nuevos personajes y el mismo nivel de tensión que cautivó en la primera entrega, la película reafirma por qué esta historia se ha convertido en un referente del terror moderno.
