Esta película turca ya es la más vista de Netflix por su intensidad emocional, la historia de amor atípica y un entorno natural que conmueve.
La película turca que conquista Netflix con una historia que enamora y está rompiendo récords.
Las producciones turcas llevan tiempo pisando fuerte en Netflix. Pero esta vez, una propuesta logró lo impensado: convertirse en la más vista a nivel global por su sensibilidad, su carga emocional y la manera sutil pero intensa en la que aborda el amor. Hablamos de la nueva película turca que enamora a miles de usuarios por su mezcla de romance, identidad y conflictos familiares.
Lejos de los estereotipos, esta cinta construye una conexión emocional desde la distancia y la tensión inicial entre sus personajes, mientras va revelando las verdaderas motivaciones de cada uno. A través de una narrativa que desafía las convenciones del cine romántico, esta historia despliega no solo un romance inesperado, sino también reflexiones sobre el legado, las decisiones difíciles y el sentido de pertenencia.
Según la sinopsis oficial de Netflix: Una empresaria dedicada y un despreocupado surfista —ambos herederos de la misma compañía— descubren que tienen mucho en común cuando unen fuerzas en la sala de juntas.
Lo que hace diferente a esta película turca que enamora no es sólo la historia romántica. Es su capacidad para integrar temas actuales sin forzarlos. El conflicto familiar, el futuro de una empresa, la importancia de la tierra y el choque de estilos de vida no están puestos como decorado. Forman parte esencial de la historia y empujan a los personajes a cambiar.
Rodada en Çesme, una joya costera del oeste de Turquía, la película destaca por su fotografía cuidada y su uso del entorno natural como elemento narrativo. Los paisajes no sólo son bellos: se convierten en parte del relato. El mar, la brisa, las construcciones antiguas, los caminos de piedra… todo acompaña los momentos íntimos, los conflictos y las reconciliaciones.
El éxito de esta película turca que enamora no es aislado. Desde hace un par de años, las producciones turcas vienen consolidando su lugar en Netflix. Su estilo narrativo pausado, sus temáticas profundas y su carga emocional lograron captar la atención de audiencias que buscan algo distinto a lo que proponen las fórmulas de Hollywood.
En particular, Tras el viento se convirtió en tendencia por la forma en que aborda el amor desde lo real, sin grandes promesas ni escenas exageradas. Lo que muestra es un vínculo que se construye desde lo cotidiano, desde el dolor, desde la posibilidad de elegir una vida distinta.
Y es justamente eso lo que parece resonar con el público: una historia con alma, que no busca agradar sino emocionar. Un cine que, en tiempos de vértigo y sobreinformación, invita a detenerse, sentir y mirar hacia adentro.