El Papa aprovechó el instante para entregar una enseñanza que ahora resuena como parte de su legado espiritual. “El día tiene que terminar en paz, con un gestito o una caricia. La guerra fría del día siguiente es peligrosa”, advirtió con esa mezcla de ternura y firmeza que lo caracterizaba.
Un mensaje que tocó el corazón del mundo
Desde su difusión, este consejo de Francisco no solo conmovió a quienes comienzan su vida en pareja, sino también a miles de personas que encontraron en esas palabras una guía para cualquier tipo de relación humana: familiares, amigos, compañeros de trabajo. El valor del perdón diario, del diálogo y del cierre emocional antes del descanso se volvió un símbolo de su filosofía pastoral.
Sus palabras completas quedaron grabadas en la memoria colectiva: “Peléense todo lo que quieran, con tal de que hagan las paces antes de que termine el día. Nunca se vayan a dormir peleados. El día tiene que terminar en paz”. Ahora, con su partida, esa frase cobra un nuevo significado, casi como una despedida cargada de esperanza.
La muerte del papa Francisco
El lunes a las 7:35 de la mañana (hora de Roma), el Vaticano confirmó la muerte del papa Francisco. El anuncio fue realizado por el cardenal Kevin Joseph Farrell, quien visiblemente conmovido expresó: “Su vida entera ha estado dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia”.
El cuerpo de Francisco será velado en la Plaza de San Pedro, en un ataúd simple, siguiendo el estilo de austeridad que lo caracterizó. En su interior se colocará un pergamino con los hitos más importantes de su pontificado.