Las cáscaras de sandía son perfectas para hacer encurtidos. Su textura firme absorbe los sabores del vinagre, las especias y el azúcar, convirtiéndose en un snack agridulce ideal para acompañar ensaladas, quesos o carnes. Solo necesitas pelar la cáscara verde, cortar en tiras y sumergirla en una mezcla de vinagre, agua y condimentos.
2. Mascarilla hidratante para la piel
La parte blanca de la cáscara es rica en antioxidantes y agua, perfecta para calmar la piel irritada o deshidratada. Tritúrala hasta obtener una pasta y aplícala directamente sobre el rostro durante 15 minutos. Notarás una sensación de frescura inmediata.
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3. Abono natural para tus plantas
La cáscara de sandía puede convertirse en un fertilizante natural. Su alto contenido de agua y nutrientes, como potasio y fósforo, beneficia a las plantas. Pícala en trozos pequeños y agrégala al compost o entiérrala directamente en la tierra de tus macetas.
4. Jugo nutritivo
¿Sabías que la cáscara también es comestible? Agrégala a tu licuadora junto con un poco de pulpa, limón y menta para preparar un jugo refrescante. Además, es una fuente de fibra y vitaminas.
5. Exfoliante casero
Aprovecha la textura ligeramente rugosa de la cáscara para crear un exfoliante natural. Frota la parte blanca sobre las zonas ásperas de tu piel, como codos o talones, para suavizarlas. Para un efecto más intenso, combínala con azúcar o sal.
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Un aliado inesperado
La próxima vez que disfrutes de una sandía, ¡no tires la cáscara! Este ingrediente versátil puede convertirse en un gran aliado en tu día a día, desde cuidar tu piel hasta mejorar la salud de tus plantas.