La denuncia de D.Y., presentada cuando Maciel era jefe de una seccional en Monte Caseros, describe un ataque sexual espeluznante. En su relato, la mujer cuenta cómo fue acorralada y agredida por el comisario mientras realizaba tareas administrativas. “Me redujo y me llevó contra una pared. Me lamió la cara y hasta ahora siento el olor a cigarrillo que tenía”, reveló en una entrevista con el Diario Época en julio de 2020.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, Maciel fue simplemente trasladado a Mercedes y continuó ejerciendo sus funciones. D.Y. lamentó que su denuncia no avanzara en la justicia, alegando que la pandemia retrasó todos los trámites. “Quiero justicia, solo eso”, exclamó la denunciante.
El fiscal general del Poder Judicial de Corrientes, César Sotelo, confirmó la existencia de la denuncia por abuso contra Maciel y cuestionó la decisión de mantener a funcionarios con antecedentes en sus puestos. “Habría que preguntarle a la persona que pone a funcionarios con denuncias concretas en ciertos lugares”, declaró.
Fernando Burlando, abogado de la familia de Loan, criticó duramente a Maciel, calificándolo de “arquitecto del encubrimiento”. Durante una visita al lugar de la desaparición del niño, Burlando expresó: “Todos, por acción u omisión, son responsables. La criatura desaparece y estaban ellos, por eso considero que todos son sospechosos”.
En un video que se viralizó tras su arresto, Maciel defendió su accionar ante los vecinos de Corrientes. “Las personas están a cargo de la fiscalía y del juzgado, son esas personas las que deben hacer su trabajo como nosotros”, dijo el comisario, tratando de desviar la atención de las acusaciones en su contra.
La situación de Maciel refleja una problemática más amplia dentro de la fuerza policial de Corrientes, donde las denuncias de abuso y encubrimiento parecen ser solo la punta del iceberg. La cabo D.Y. se siente moral y físicamente golpeada y denuncia un ambiente de competencia y falta de camaradería en la institución.