Un asalto que terminó en tragedia
En medio del caos, uno de los delincuentes abordó el bus y comenzó a disparar sin miramientos, generando una atmósfera de terror entre los integrantes de la orquesta. Según relató una de las vocalistas que compartía escenario con Thalía, la joven intentó refugiarse en el baño del bus al escuchar los disparos, pero no logró escapar de la violencia. En un intento desesperado por protegerse, Thalía recibió un disparo en la zona baja del abdomen mientras buscaba resguardarse.
“Mi compañera trató de entrar al baño del bus en un intento de protegerse. En ese momento, le dispararon”, narró la testigo en declaraciones a medios locales. La vocalista, aún impactada por la crudeza del asalto, afirmó que el ataque parecía premeditado, apuntando directamente a su colega. Según su versión, “Le cayó en la fosa ilíaca derecha… creo que si hubiera sido sin intención, podrían haber disparado al techo, las ventanas u otro lugar”, indicó.
La gravedad de las heridas llevó a que la artista de 27 años falleciera mientras era trasladada de urgencia al Hospital Santiago Apóstol en Bagua Grande. Pese a los esfuerzos por salvar su vida, Thalía no resistió las lesiones provocadas por el ataque. Sus compañeros, profundamente consternados, intentaron brindar auxilio en la desesperante espera por llegar al hospital, pero los daños fueron irreversibles.
Un robo violento: músicos pierden valiosos equipos
Además de cobrar la vida de Alezka Thalía, los delincuentes perpetraron un violento robo en el bus de la orquesta. Entre los objetos sustraídos se encuentran instrumentos musicales, celulares, una batería electrónica, laptops y diversas pertenencias personales de los músicos. Estos equipos, esenciales para su trabajo, fueron confiscados por los asaltantes que actuaron con total impunidad en un lugar alejado y sin protección policial.
La pérdida de los equipos musicales ha representado un golpe adicional para la orquesta, cuyo sustento y pasión dependen de estos instrumentos. La orquesta ahora enfrenta no solo la tragedia de la muerte de su joven integrante, sino también el desafío de reponer los objetos robados, que representan una inversión significativa y esencial para su labor.
Una vida dedicada a la música y al esfuerzo académico
Alezka Thalía Manrique Castillo era una joven multifacética. Además de su carrera como cantante de cumbia, se encontraba estudiando administración de empresas y estaba a punto de completar sus estudios. Su vida era un ejemplo de esfuerzo y pasión, combinando su dedicación a la música con el deseo de desarrollarse académicamente.
Thalía también era madre de un niño de 9 años, quien ahora queda en medio de una pérdida irreparable. Amigos y familiares destacan la fortaleza y compromiso de Thalía con su familia y su carrera musical. Su presencia en el escenario era muy valorada en la movida tropical, donde sus interpretaciones y carisma conquistaban al público y generaban admiración entre sus colegas.
Conmoción y pedidos de justicia
La trágica muerte de Alezka Thalía ha despertado un sentimiento de profunda tristeza y enojo en la comunidad artística y en la sociedad en general. Artistas de la movida tropical y músicos peruanos se han unido en un llamado a la justicia, exigiendo que las autoridades investiguen a fondo el crimen y tomen medidas contundentes para encontrar y castigar a los responsables.
“Esto no puede quedar impune”, fue una de las frases recurrentes que se han escuchado entre sus colegas y fanáticos. Las redes sociales se llenaron de mensajes de condolencias y expresiones de solidaridad con la familia de Thalía, quien era vista como una promesa en el género de la cumbia y una persona de gran corazón.
La indignación por el suceso también ha generado una discusión sobre la seguridad de los músicos y trabajadores del arte que, en muchos casos, deben trasladarse largas distancias sin garantías de protección en rutas vulnerables. El ataque a la orquesta de Thalía no es el primero que sucede en el país, y otros músicos han reportado situaciones similares de inseguridad en sus desplazamientos para cumplir con sus presentaciones.
Un país de luto: repercusión en medios y redes sociales
La trágica noticia de la muerte de Alezka Thalía ha trascendido las fronteras de Perú, y el asesinato ha sido reportado por medios de comunicación en toda Latinoamérica. La muerte de esta joven cantante, además de ser un episodio doloroso, ha puesto en evidencia la creciente inseguridad que enfrentan tanto ciudadanos comunes como trabajadores del sector artístico en la región.
En redes sociales, el hashtag #JusticiaParaThalía ha cobrado fuerza, impulsado por artistas, periodistas y seguidores del género musical que piden a las autoridades que el crimen no quede impune. Las publicaciones en memoria de Thalía se multiplican, recordando su voz y su energía en el escenario, y también resaltando la tristeza de su partida. Para muchos, Thalía es una nueva víctima de la inseguridad que aqueja a diversas regiones de Perú, especialmente en lugares alejados y con poca presencia policial.
La música tropical, en duelo
El mundo de la música tropical ha perdido a una de sus jóvenes promesas, cuya voz y carisma se apagaron en circunstancias trágicas. La partida de Thalía deja un vacío profundo en el escenario y en los corazones de quienes compartieron con ella, tanto en lo profesional como en lo personal. Su legado, aunque breve, será recordado por aquellos que la conocieron y disfrutaron de su talento.
En honor a Thalía y a todos los artistas que se arriesgan diariamente por llevar música a sus seguidores, se han organizado homenajes en varias localidades de Perú, donde orquestas y grupos de cumbia han realizado presentaciones en su memoria. La conmoción en el ambiente tropical no se disipa, y el reclamo de justicia sigue firme entre quienes piden que la vida y el arte de Alezka Thalía Manrique Castillo no sean olvidados.
Embed - Cantante de cumbia es asesinada durante asalto a bus en Bagua Grande: Se dirigía a una presentación