Lilith en Escorpio activa un ciclo intenso de transformación emocional, justo antes del eclipse solar y la entrada de Neptuno en Aries. Conocé qué signos serán más afectados por este tránsito astrológico.
Tránsito astrológico Lilith en Escorpio: lo que nadie quiere mirar… pero deberías
Lilith en Escorpio marca un antes y un después en este tramo del 2025. No se trata solo de un cambio astrológico más, sino de un llamado profundo a la transformación, a pocos días del segundo eclipse del año —un eclipse solar parcial con luna nueva en Aries— y en plena antesala del ingreso de Neptuno en Aries el 30 de marzo, algo que no ocurría desde hace más de un siglo.
Este cúmulo de tránsitos abre un portal energético que no se repetirá en mucho tiempo. Y Lilith, al ingresar en el territorio oscuro, denso y visceral de Escorpio, prende la chispa para ir a fondo, sin rodeos ni máscaras.
Lilith representa el principio femenino que no se somete. Encarnación de lo libre, lo instintivo, lo sexual y lo incómodo. Al instalarse en Escorpio, signo de la regeneración, la muerte simbólica y la transformación, activa los arquetipos femeninos oscuros: Perséfone, Hécate, Medusa, Kali, Sekhmet. Todas figuras que fueron temidas y castigadas por salirse del molde de la docilidad. Todas, también, ejemplos de fuerza contenida y reprimida.
Esta Lilith no viene a pedir permiso. Viene a desenterrar los poderes ocultos bajo años —o vidas— de represión emocional, mandatos sociales y miedos profundamente arraigados. Nos enfrenta con lo que evitamos ver: lo oculto, lo tabú, lo visceral.
El ingreso de Lilith en Escorpio no es suave, pero es necesario. Nos lleva directo al núcleo de emociones incómodas: celos, rabia, enojo, frustración, miedo al abandono, necesidad de control. Todo aquello que suele esconderse por temor a ser rechazados o malinterpretados. Pero al sacarlos a la luz, empieza la verdadera transformación.
Este tránsito nos dice que para vivir hay que estar dispuestos a morir simbólicamente. A dejar morir viejas versiones de nosotros mismos, creencias limitantes, relaciones vacías o estructuras que ya no nos sostienen.
“Vivimos con miedo, refugiándonos en lo conocido”, dice el mensaje astrológico. Pero Lilith no permite anestesias. Es tiempo de sentirlo todo, de bajar al inframundo emocional y recuperar nuestro poder desde ahí.
Aunque Lilith en Escorpio trae movimiento interno para todos, hay cinco signos que recibirán este tránsito con especial intensidad y transformación positiva. Para estos signos, el ingreso de Lilith puede actuar como un catalizador de empoderamiento, sanación emocional y liberación profunda.
Escorpio:
Obviamente, el protagonista de este tránsito. Lilith en casa potencia la autenticidad brutal, despierta pasiones ocultas, y abre un canal directo con el inconsciente. Escorpio va a sentir más fuerza para expresarse sin censura y para romper con estructuras internas limitantes. Vuelve el fuego interno con propósito.
Cáncer:
Como signo de agua afín, Cáncer se ve profundamente movilizado en temas emocionales, sobre todo relacionados a vínculos familiares, heridas del pasado y mandatos de crianza. Este tránsito puede ayudar a sanar memorias antiguas, cerrar ciclos y reconectar con su intuición ancestral.
Piscis:
Otro signo de agua que vibra con lo invisible. Piscis puede aprovechar este tránsito para limpiar energías psíquicas, soltar patrones de sacrificio inútil y recuperar el poder de su sensibilidad. Lilith trae claridad para separar el amor verdadero de la idealización. También lo prepara para la entrada de Neptuno en Aries.
Capricornio:
Aunque parezca distante, Capricornio va a sentir un llamado interno a liberar su sombra reprimida. Lilith en sextil le pide dejar de cargar con todo lo que no le pertenece. Lo empuja a cuestionar estructuras internas rígidas y conectar con deseos postergados. Más autenticidad, menos perfección.
Virgo:
Signo de tierra mutable, muy acostumbrado a complacer, analizar y controlar. Lilith en trígono con Virgo lo desafía a soltar la necesidad de explicarlo todo, a bajar a lo emocional y permitirse sentir sin juicio. Puede ser un tránsito liberador si se anima a romper con patrones de autoexigencia y culpa.
Con Lilith en este signo de agua fija, la percepción se afina. Crece la intolerancia a lo falso, a las máscaras sociales, a las relaciones sin alma ni profundidad. Lo superficial comienza a resultar insoportable. Lo oculto, en cambio, se vuelve territorio fértil.
También se abre una gran oportunidad para sanar traumas antiguos, desbloquear memorias retenidas y liberar patrones de autosabotaje. Es un llamado a desatar los nudos psíquicos que impiden nuestro florecimiento.
La figura de Hércules limpiando los establos de Augias se convierte en metáfora perfecta para este proceso: habrá que desviar ríos internos para limpiar las emociones estancadas, esas que llevamos arrastrando sin saber.
Este 2025 no es cualquier año. Es año de la Serpiente de Madera según el calendario chino, y también el año 9 en el Tarot, regido por La Ermitaña. Todo indica que será un período de introspección, limpieza profunda y cierre de ciclos. Un año en el que no habrá espacio para escapismos.
Lilith llega justo en el momento en que más necesitamos coraje emocional. No para enfrentar al mundo, sino para enfrentarnos a nosotros mismos. Para mirar adentro y reconocer nuestras heridas, nuestras furias, nuestras pasiones más primitivas. Porque ahí también habita la vida.
Este tránsito también invita a hablar, a no callar más lo que duele, lo que molesta, lo que quema por dentro. Invita a tejer redes, a reconocer que hay muchas otras personas viviendo procesos similares, especialmente mujeres que están despertando su poder salvaje y ancestral.
“Hay más brujas allá afuera que pueden ser red de contención”, dice una de las frases más poderosas del mensaje que acompaña este ingreso. Y tiene razón. No se trata de sufrir en soledad, sino de transitar en comunidad estos tiempos intensos.
El eclipse solar parcial en Aries, que viene acompañado de la luna nueva, servirá de catalizador para este proceso. Aries impulsa nuevos comienzos, coraje, acción. Mientras tanto, Neptuno, planeta de los sueños y las disoluciones, entrará en Aries el 30 de marzo, cerrando un ciclo de más de 160 años.
Este tránsito neptuniano aportará una visión nueva, pero también puede diluir certezas. Y Lilith, desde su puesto escorpiano, invitará a sostener la intensidad sin perder el rumbo. Habrá que surfear las aguas emocionales, pero con el fuego interno bien encendido.