Benítez afirmó que no tenía nada que ver con el ataque e incluso aseguró que pondría “las manos en el fuego por él” o “juraría sobre la Biblia” que es ajeno al ataque. Cada vez que le señalaron –especialmente la fiscal, Gabriela Baigún- algún elemento que podía complicar a Carrizo (como por ejemplo si tenía un arma, si lo consideraba un cerebro maestro) atribuyó todo a una “broma”, aun cuando ella misma parecía descreer de sus propias justificaciones.
El tribunal ordenó la inmediata detención de Benítez, quien ya está en la Alcaidía de los tribunales de Comodoro Py 2002, y quedó a disposición del juez federal de turno, el titular del juzgado federal número 11, Julián Ercolini.
El insólito planteo sobre la femineidad de Cristina
El defensor de Brenda Uliarte, una de las tres personas imputadas por el atentado contra la ex presidenta, le pidió al Tribunal Oral Federal número seis que citara a Cristina Kirchner para preguntarle si se auto percibía como mujer.
Alejandro Cipolla formuló el planteo en respuesta a la decisión del tribunal de aceptar la ampliación de la acusación, que ahora incluye la agravante de “femicidio”.
“No se puede encasillar al hombre y a la mujer por una cuestión biológica o de ciencia sino que la misma se tiene que auto percibir”, sorprendió Cipolla. En ese sentido, destacó que la propia víctima dijo que “no es feminista”, por lo que estimó que para consolidar la hipótesis de un intento de femicidio es necesario “determinar en primer lugar si se considera o no mujer".
La reacción fue inmediata. Uno de los abogados de la querella, Marcos Aldazábal, denunció “un nuevo intento de revictimización” contra la ex presidenta y advirtió que el planteo “es casi un ejercicio nuevo de violencia que tiene por fin generar un impacto mediático”.
La defensora oficial del principal imputado, Fernando Sabag Montiel, también recogió el guante: "Hay límites que no se pueden pasar".
La presidenta del tribunal, Sabrina Namer, no sólo rechazó la nueva convocatoria a Cristina Kirchner sino que además deslizó que la conducta de Cipolla podría ser merecedora de una sanción disciplinaria.
“Hay cuestiones que se pueden pedir por el ejercicio del derecho de la defensa (…) pero otra cosa es que ese testimonio sea requerido para acreditar la condición de mujer. (Cristina Kirchner) más allá de su postura o no con respecto al feminismo se auto percibe, actúa y no genera ninguna duda de su condición de mujer".
Procesada, detenida, sobreseída y acusadora
Una joven de 23 años de edad que estuvo detenida por el intento de asesinato de Cristina Fernández de Kirchner pero finalmente fue declarada inocente reconoció que Brenda Uliarte, la pareja del fallido homicida Fernando Sabag Montiel, le había anticipado su intención de "pegarle un tiro" a la ex presidenta.
En una nueva audiencia del juicio oral por el intento de magnicidio, Agustina Díaz, ex amiga de Uliarte, reconoció que ella misma, días antes del atentado, había dicho en un mensaje de Whatsapp: "¿Quién no querría darle un tiro a esa chorra?". Cuando el tribunal le preguntó a qué se debía esa expresión, respondió que era "por lo que decían los medios, que Cristina robaba".
Durante su declaración, Agustina Díaz –quien fue procesada inicialmente por la jueza María Eugenia Capuchetti y pasó casi dos meses detenida- recordó que Uliarte “decía que estaba harta de los kirchneristas” y unos dos meses antes del atentado le anunció que “iba a ir a marchas porque era hora de cambiar el país”.
“Cuando me lo dijo (sobre el atentado) no me lo tomé en serio. (…) Dijo que iba a ir con bombas molotov a la Casa Rosada. Y que una vez había mandado a alguien a matar a la vicepresidenta pero que se había metido adentro y no le pudo dar un tiro”.
Además, evocó que “al día siguiente del atentado comenzaron a circular las fotos de Sabag Montiel. Yo pensé que la habían detenido para que declare porque era la pareja de él, pero después comenzaron a salir en los medios cosas sobre ella y caí en la cuenta de que ella también estaba involucrada en todo esto”.
Díaz declaró con una ligera tartamudez. Se confesó amiga íntima de Uliarte, casi confidente, pero después del ataque contra la vicepresidenta se sintió “traicionada”.
“Ella era una chica en la que yo confiaba y ver que había hecho todo esto fue difícil para mí. Éramos amigas, se suponía que nos contábamos todo. Yo podría haber hablado con ella para que no hiciera lo que hizo”, reflexionó.