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Tras el mensaje de la marcha universitaria, la oposición "dialoguista" espera señales del Gobierno para evaluar cómo seguir

La marcha universitaria fue un mensaje para el Gobierno pero también para la oposición dialoguista. ¿Qué puede pasar a partir de ahora en el Congreso?

Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Tras el mensaje de la marcha universitaria, la oposición dialoguista espera señales del Gobierno para evaluar cómo seguir

La marcha universitaria fue masiva. Se hizo de frente al Congreso y no de espaldas como se suele hacer. El mensaje fue claro: la pelota ahora no la tiene el Gobierno -que ya avisó que va a vetar la ley de financiamiento universitario- sino el Congreso que tiene en sus manos la capacidad de insistir o rechazar.

Una parte importante de la oposición dialoguista apoyó la convocatoria a la marcha universitaria de este miércoles. Otros lo apoyaron de manera silenciosa, esperando a ver cuál es la reacción del Gobierno: coinciden con el fondo del reclamo pero no quieren que sea leído como una derrota para la presidencia de Milei.

Por eso, sectores dialoguistas que apoyaron el veto a la reforma jubilatoria están esperando alguna señal del Gobierno respecto al veto presidencial de la ley de financiamiento educativo, antes de expedirse respecto a la aceptación o rechazo de esa medida del presidente.

“Estamos pidiendo que el Gobierno arregle el tema paritario. No queremos que del Congreso salgan leyes que aumenten presupuesto. Pero necesitamos que arregle con los docentes universitarios”, explicó una diputada del PRO, a cargo de las negociaciones. Sin apoyo del PRO, el Gobierno no podrá sostener el veto.

Hay otros sectores que ya plantearon que no están dispuestos a sostener el veto presidencial: desde Hacemos Coalición Federal habría unanimidad para votar la insistencia, también desde la Coalición Cívica; el bloque de partidos provinciales, Innovación Federal, podría abstenerse.

Y hay que ver qué hacen los diputados radicales que votaron en contra de la reforma jubilatoria; algunos responden a sectores universitarios.

Por eso al Gobierno se le va a complicar sostener a los “87 héroes” sin negociar. Va a tener que dar una respuesta a la masiva marcha, a pesar de las diferencias con la anterior.

Por eso, en las últimas horas, desde la Casa Rosada salieron a bajar el tono a la confrontación, como contó Stella Gárnica en A24.com. Si bien el lunes habían emitido un duro comunicado diciendo que la marcha era política, hacia la noche del martes salieron a decir en off que entienden el foco del reclamo y se abrió la puerta a que el asunto se pueda discutir en el presupuesto 2025.

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“Este conflicto universitario responde más a intereses políticos que a las necesidades del sistema educativo, porque los reclamos educativos están todos atendidos y resueltos. Es urgente priorizar la educación por encima de las confrontaciones políticas”, había planteado un comunicado del ministerio de Capital Humano. Además insistieron en que “el Gobierno está al día y paga para que los profesores estén en las aulas dando clases, garantizando que los estudiantes no sigan siendo víctimas de esta situación injustificada”.

En la negociación, el Gobierno además pide que las universidades se dejen auditar (89% de los fondos entregados entre 2015 y 2022 no se auditaron, dicen) y que se regularice la cantidad de alumnos que tiene cada institución. Según Capital Humano, 60% de los alumnos no son regulares.

Por otro lado, insisten en que el 61% de los alumnos de la UBA son hijos de padres universitarios (lo que deja entrever que podrían pagarla); no hace referencia al 39% que no lo son.

Según un informe de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), el recorte en términos reales de los fondos universitarios gira en torno al 30%. En algunos casos es muy superior, como en la facultad de Lomas de Zamora (41%), de Almirante Brown (43%) o San Antonio de Areco (68%).

El Gobierno insiste en que no tiene que financiar las universidades y se queja de que la mayor parte del presupuesto en educación se va en el rubro universitario (lo cual es lógico, teniendo en cuenta que Nación no tiene escuelas). No descarta transferirle a las provincias las casas de estudio en algún momento.

A pesar de eso, ahora va a tener que hacer una negociación táctica. Los aliados escucharon el reclamo de las calles. Y es posible que se planten de otra manera frente al inminente veto presidencial.

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