Las diferencias con la cúpula de la central eran evidentes, pero se aceleraron cuando Pablo Moyano se enteró de que su padre, Hugo Moyano, con quien está distanciado, había mantenido conversaciones con el ala moderada de la central (Héctor Daer, Andrés Rodríguez y Gerardo Martínez) para manifestarles que "compartía la postura de no apoyar el paro del 5 de diciembre que su hijo estaba organizando junto a ATE y otras agrupaciones".
"Ese fue el fin", aseguran quienes están cerca de Moyano hijo.
A esto se suma la iniciativa de "democracia sindical" impulsada en el Congreso por el radicalismo y el PRO, que avanza sobre las organizaciones sindicales. Frente a este escenario, Moyano y otros gremios dentro de la CGT plantean la necesidad de adoptar una postura más dura frente al Gobierno, una posición que fue desestimada por la "mesa chica" de la central.
Incluso, la crisis sindical y familiar podría intensificarse, ya que el puesto dejado vacante por Pablo podría ser ocupado por otro dirigente de Camioneros que designe su padre Hugo.
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Pablo y Hugo Moyano, divididos en la interna sindical.
Según pudo saber A24.com, dentro de ese frente sindical estaría ATE, los gremios de la CTA, movimientos sociales y otras organizaciones.
Una señal que hay que leer entre líneas fue la advertencia lanzada desde las redes sociales por parte de Jorge Yofra, titular del sindicato de (nombre del sindicato), quien expresó: "Es momento de avanzar en la organización del movimiento obrero junto a quienes, como Pablo Moyano y Paco Manrique, ya no pueden seguir viendo pasivamente el ataque del Gobierno. Es imprescindible un Frente Sindical de Resistencia", sostuvo el líder sindical.
En el mismo sentido, el propio Moyano había anticipado su postura antes de renunciar: "Hay que estar en la calle para seguir resistiendo y denunciando este modelo económico que tanto daño le está haciendo a los argentinos. No podemos mirar para otro lado".
A las pocas horas, renunció, aislado y enfurecido.