El nuevo "discurso" surgió este martes tras la reunión de la mesa chica del Gabinete, encabezada por Javier Milei en la Casa Rosada. Ahí se decidió que tras las duras acusaciones sobre los gastos políticos y corrupción, contra los rectores, el propio presidente Milei pusiera en duda la histórica función histórica de generar movilidad social ascendente que tuvieron las casas de altos estudios en la Argentina.
"¿Qué quieren que hagamos?, si los troskistas nos quieren voltear", se excusó un alto funcionario en los pasillos de la Casa Rosada en línea con la estrategia de victimización del Gobierno, pero también, de señalar que "el Gobierno no va a hacer nada para evitarlas".
Y agrega: "Que sigan protestando todo lo que quieran. Lo que pase en las universidades no es nuestra responsabilidad, son autónomas y no podemos intervenir. Es responsabilidad de los rectores y en el caso de las calles y avenidas cortadas en la Ciudad de Buenos Aires, corresponde al Gobierno de Jorge Macri", señaló una alta fuente de la Casa Rosada a A24.com.
Pero en el círculo más cercano a Milei corre la idea íntima del ideario libertario: Al gobierno "no le importa ni le preocupa que sigan las protestas", y las tomas de facultades "no van a cambiar nada":.el presupuesto universitario para el año que viene "tiene que ser discutido en el ámbito que corresponde que es con la ley de Presupuesto 2025 en el Congreso".
El primero en salir a bajar el tono de confrontación este martes fue el propio Milei en una entrevista televisiva al asegurar que el Gobierno no planea privatizar ni arancelar las universidades públicas.
Lo siguió el vocero Manuel Adorni, que intentó despegarse de duras declaraciones del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en las que admitió el clima de violencia y lo exacerbó al comparar a los estudiantes que protagonizan las tomas de facultades en reclamo de mayor presupuesto, con "los estudiantes que en la década del '70 también tomaban universidades" que "después se convirtió en guerrilla subversiva y generó después la represión".
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El clima de violencia registrado en las últimas horas en las facultades de Quilmes, donde estudiantes libertarios se enfrentaron a otros de izquierda, o el ingreso ilegal de policías en una facultad de la Patagonia, como la proliferación de cortes de calles y avenidas por parte de estudiantes y docentes de la UBA que decidieron protestar con clases públicas en reclamo del aumento de recursos, fue tema de análisis este martes en la reunión de la mesa chica del gabinete con Javier Milei a la cabeza.
En esa estrategia, el Gobierno a través del vocero Manuel Adorni, salió a deslegitimar las tomas al atribuir las protestas a "militantes de izquierda como los únicos que las promueven porque el resto de los estudiantes y docentes quieren tener clases".
La respuesta de Adorni sobre las tomas de facultades
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El vocero Manuel Adorni fue uno de los que salió a bajar el clima de confrontación y despegar al Gobierno de un posible operativo represivo a las tomas de universidades, al descartar por completo la posibilidad de que el Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich, tenga pensado aplicar el protocolo antipiquetes contra estudiantes que salieron a tomar clases públicas con sillas en las calles y avenidas de la Ciudad de Buenos Aires y otras universidades del interior.
Adorni repudió el ingreso ilegal de policías para reprimir la toma de la universidad de La Patagonia, y reconoció los reclamos de estudiantes y docentes como "genuinos". Pero le volvió a echar la culpa de la crisis por los bajos salarios "al populismo" de gobiernos anteriores.