Con una mirada firme en ambos, sin sonrisas. Y cuando posaron los cuatro, uno al lado del otro, Milei sujetó una carpeta con ambas manos y Lula apretaba las suyas como un saludo en el aire para la prensa. Pocos segundos después, le hizo un gesto a los hermanos Milei para que avanzaran hacia el salón de los discursos.
Frialdad entre los socios del Mercosur, Milei y Lula
Los dos no tuvieron nunca una buena relación. No sólo eso, sino que cometieron la imprudencia ambos de hacer declaraciones fuertes de manera cruzada, olvidando que las relaciones entre los países son anteriores, posteriores y mucho más importantes de la relación personal circunstancial entre dos mandatarios.
Esto le cabe mucho más al presidente Javier Milei. Brasil es el principal socio comercial de la Argentina. En cambio, la situación no es recíproca. Las distribución del comercio brasileño es la siguiente:
- A China: 30,7%
- A Estados Unidos: 11,0%
- Argentina: 4,9%
- A Países Bajos: 3,6%
Pero en el caso de la cumbre de Río de Janeiro, hay elementos actuales que los separan aún más.
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Las manos de Milei, con una carpeta. Las de Lula, entrelazadas. Ningún punto de contacto. (Captura de TV)
La declaración de Río, ¿la firmará Javier Milei?
Desde hace tiempo, Lula viene trabajando sobre tres ejes fundamentales para volcar en el documento final del G20. Se trata de la lucha contra el hambre, las resoluciones internacionales con el multilateralismo y la cuestión del cambio climático.
Javier Milei, en materia diplomática, sólo se ha interesado por 3 cosas: mantener la relación con el Fondo Monetario Internacional,y una alianza estratégica con Israel y Estados Unidos. Mucho más desde el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales del pasado 5 de noviembre.
Milei no cree en foros como Naciones Unidas -le parecen difusores de doctrinas o intereses colectivistas- y tampoco en el cambio climático. Donald Trump, menos todavía. Entre las designaciones polémicas para su futuro gabinete está de la de Chris Wright, un empresario petrolero que ha dicho abiertamente que no cree en el cambio climático. Trump, además, anunció que piensa denunciar los protocolos de París.
Si Milei sigue esa agenda, será difícil ver su firma en el documento de Río. Y el comienzo de la cumbre no fue buena en el primer encuentro con Lula.
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Caras serias en el saludo con Karina Milei. Lula da Silva, además, aparece mirando al vacío, como oteando entre los hermanos Milei. (Foto: Captura de TV)
Una recepción muy distante
El contraste fue notorio con otros visitantes destacados. Besos con Giorgia Meloni, sonrisa plena con Claudia Sheinbaum, y sonrisas y manos entrelazadas con Joe Biden y con Pedro Sánchez.
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Lula, cordial con otros dirigentes del mundo, menos con Milei. (Foto: A24.com)
Pero con Javier Milei, no. Cuando estuvieron frente a frente no hubo abrazos ni sonrisas, casi ni siquiera un diálogo cortés. Milei se paró a la distancia de su brazo extendido para darle la mano. En esa misma posición, se saludaron los cuatro. Lula da Silva y su esposa Janja, con Javier Milei y su hermana Karina (Secretaria General de la Presidencia y "el jefe" como la llama el propio presidente argentino).
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Tras una fría foto, Lula da Silva no perdió el tiempo y lo invitó a Milei para que avanzara hacia el salón de conferencias. (foto: Captura de TV)
Lula da Silva siguió incluso con ella, la frialdad: le tendió la mano mientras su cara, claramente, miraba hacia otro lado.
Luego, en la foto de los cuatro, no hubo sonrisas y solo las manos de Milei en su carpeta y las de Lula en un apretón en solitario ante la prensa. Enseguida, hizo el ademán para que siguieran su camino a la sala principal. Punto final.