La última sesión del año terminó en escándalo. La Libertad Avanza salvó a Cristina Kirchner con la Ley de Ficha Limpia y quebró su alianza con el PRO. Tuvo que hacerlo para garantizar que Martín Menem pudiera mantenerse como presidente de la Cámara de Diputados. Germán Martínez, presidente del bloque de Unión por la Patria, se lo advirtió delante de todos. Menem es el tercero en la línea de sucesión y es el que maneja los giros a comisiones y los tiempos de las sesiones en un recinto complicado.
El arco en 0
Milei clausuró el Congreso. Se terminó el año parlamentario. A partir de ahora podrá convocar a extraordinarias pero la oposición no podrá impulsar su propia agenda hasta el 1° de marzo de 2025. Era un partido que pintaba para goleada en contra.
Nunca en la historia democrática Argentina un gobierno asumió con tanta debilidad institucional. Pero Javier Milei logró mantener el arco casi en cero.
La derrota más dura fue el rechazo al DNU 656/24 que ampliaba los fondos para la SIDE. Fue la primera vez en la historia que a un presidente le rechazan un DNU.
También tuvo un pequeño traspié al principio del año cuando le bloquearon la primera Ley Bases. Después de duros meses de negociación, pudo aprobarla; después prefirió gobernar sin el Congreso.
A lo largo del año sufrió otras dos mini derrotas de la oposición:
- La ley de aumento a las jubilaciones
- La ley de financiamiento universitario.
Pero ninguna de las dos tuvo efectos prácticos porque Milei las vetó y le bloquearon las insistencias en Diputados. La sangre no llegó al río.
Milei tuvo el apoyo casi incondicional de la oposición dialoguista. Por ejemplo, en la última sesión del año el radicalismo encontró una trampa dialéctica para no generarle otra derrota: en lugar de derogar el DNU 780/24 (que limita los pedidos de acceso a la información), se votó una declaración pidiéndole al Gobierno por favor que lo anule; no hay antecedentes de algo así. Obviamente Milei no lo va a hacer.
El Gobierno logró mantener el empate y evitó lo que podría haber sido una catástrofe institucional. Desde ese punto de vista, la gestión política fue muy exitosa.
Como contracara, no tuvo grandes éxitos que podría haber obtenido con un mínimo de negociación política.
La Ley Bases se presentó a fin de diciembre y se sancionó en junio, con la mitad de su contenido. En el medio se perdieron 7 meses de gestión. No logró meter ninguna otra ley importante. Cajoneadas quedaron las reformas electorales, la ley “hojarasca”, los cambios en el divorcio, la “desburocratización de la Justicia”, la privatización de Aerolíneas, la penalización del robo de cables, que las fuerzas armadas puedan intervenir ante situaciones de terrorismo, el régimen penal juvenil o el programa de entrega de armas de fuego.
Milei presentó cada uno de esos proyectos como si fuera un hito histórico. Todo quedó en un cajón del Congreso. ¿Mala voluntad de los legisladores o impericia práctica del oficialismo?
El acuerdo Cristina – Milei y el rol de Macri
El Gobierno se jugó todo para defender el tercer lugar en la línea de sucesión. Este miércoles 4 de diciembre se reelige a Martín Menem con acuerdo de todos los bloques. Hasta el viernes al mediodía no había nadie que se opusiera. El PRO decía que son “institucionalistas”. Aunque todo se pudrió a última hora del viernes y hay que ver cómo sigue.
Algunos sectores opositores dialoguistas creen que parte del acuerdo entre la Libertad Avanza y Unión por la Patria incluye la eliminación de las PASO en extraordinarias. Ni a Cristina ni a Milei le convienen. Aunque sería un escándalo si votan juntos un cambio en el sistema electoral y abrochan a todo el resto.
El Gobierno acorrala a Mauricio Macri hasta el final. Visualizan un escenario parecido al de Kirchner y Duhalde en 2005. La idea sería forzarlo a competir en las urnas y una vez derrotado terminar de sacarle a los dirigentes. Por ejemplo, Cristian Ritondo que renueva banca en 2027. ¿Qué incentivos tiene para estar en un partido de menos de 10 puntos?
Ese escenario podría implicar que también Macri acepte el fin de las PASO. A un tercer partido, como podría ser el PRO, un esquema de PASO terminaría de destrozarlo. Podría sacar 7 puntos en la PASO de la provincia de Buenos Aires, pero en la general por el efecto polarizante quedar en apenas 3 puntos. Sería el equivalente a tener solo un diputado.
Es la experiencia que muestran Duhalde, De Narváez (en 2013), Randazzo, Massa (en 2017), Lavagna o Bullrich en la última elección. Los terceros terminan perdiendo más.
El Gobierno está definiendo si mete ese tema en extraordinarias. Tampoco está claro qué va a hacer con el Presupuesto. Hay sectores que prefieren mantener el presupuesto 2023 y manejarlo a discreción.
Las insólitas escenas de un Congreso insólito
El Congreso vive escenas dantescas. Esta semana se vio a Dolores Arrieta, exlibertaria, llorando por la falta de sanción de la ley de ficha limpia. “Lulu” -como le dicen por lo bajo sus compañeros- no había dado quórum.
Otro diputado libertario, Gerardo Huesen, dijo que no había dio quórum para esa ley porque se quedó comiendo fiambre a la noche. Lo más extraño es que en el acta de sesiones figuraba como presente.
Santiago Caputo llamó a diputados bullrichistas para que se bajaran de la sesión o -si eso no fuera posible- que al menos no hablaran. Cumplieron.
Lilia Lemoine defendió el juego infantil y acusó a los padres. “De dónde sacan los menores los fondos (para jugar). Entonces es una responsabilidad de la familia. El Estado no tiene que intervenir en las decisiones del individuo”.
La no intervención del Estado en las decisiones individuales siempre es selectiva. En el caso del aborto el Gobierno decidió dejar de repartir mifepristona y misoprostol, las drogas necesarias para la práctica de interrupción del embarazo. Lo reconoció el Jefe de Gabinete en la presentación que hizo el miércoles en el Senado.
“El Ministerio de Salud informa que desde enero hasta noviembre de 2024 no se realizaron distribuciones a las jurisdicciones de esa medicación” y aclaró que el tema es responsabilidad de las provincias.
En los próximos días se van a presentar proyectos para terminar con “la ideología de género”. Esto incluye eliminar la posibilidad de determinar el género no binario en el DNI y el fin del cupo femenino en el Congreso. Es una ley de la democracia que se sancionó en 1991; no todo lo que se hizo durante el menemismo fue bueno.
La guerra Milei - Villarruel
Esta semana Milei rompió formalmente con su vicepresidenta. “No tiene ningún tipo de injerencia en la toma de decisiones. Decidió no participar de las reuniones de gabinete. Solo hay diálogo institucional”, dijo el presidente. “Ella está más cerca del círculo rojo que nosotros llamamos ‘la casta’”.
El diálogo institucional -si es que existe- es solo con el Ejecutivo. En el Congreso las relaciones con la otra Cámara -a cargo de Martín Menem- está paralizada. Eso dificulta desde cuestiones administrativas hasta el funcionamiento de las comisiones bicamerales. Martín Menem es el hombre de Karina Milei en Parlamento.
En este escenario de desconcierto, un grupo de peronistas lanzó un nuevo espacio, que se llama “Encuentro Peronista”. Fue en el gremio de los gastronómicos de Capital (que lidera Dante Camaño) y participaron 200 dirigentes de 19 provincias, incluyendo 8 ex gobernadores, legisladores y ex legisladores nacionales. La coordinación de ese grupo está a cargo de Ramón Puerta, Vicente Joga (Formosa) y Emilio Martínez Garbino (Entre Ríos).
El grupo es de lo más variado. La mayor parte de ellos cree que hay que ir por el camino del medio. “Centro productivista”, se definen.
Algunos creen que si Kicillof rompe con Cristina podría estar adentro de ese armado y podría liderarlo, aunque lo ven difícil.
Otros, en cambio, creen que una representante del espacio podría ser Victoria Villarruel. El peronismo da para todo.
No son casuales los carteles que aparecieron en estos días por el Congreso. No se sabe quién fue, pero el rumor de los vínculos de Villarruel con el peronismo están.
“No vamos a jugar para ella. Pero queremos ser una plataforma disponible por si ella necesita un lugar con volumen político que la contenga”, explicaron desde el espacio. Esa mirada no es compartida por los 200.
El Gobierno encuentra calma en las encuestas y en la baja consolidada de la inflación y el dólar barato. Fue una de las conclusiones de ese encuentro peronista. “El orden macroeconómico era necesario pero no es suficiente. La luna de miel va a durar mientras dure el atraso cambiario. Si se acaba, la situación política se va a tensar y se abre un escenario diferente”, analizó uno de los adherentes.
El consumo no se recupera. Según el Indec sigue cayendo en supermercados y grandes centros de compra. No solo interanualmente sino también respecto al mes anterior.
Milei está convencido de que el éxito es inevitable. Y no quiere compartir ganancias. Por eso la ruptura con Macri, con Villarruel, con gobernadores y con todos los aliados. Por eso dejó al Congreso en un rol decorativo y siempre a espaldas suyo.
Terminó el año parlamentario. Con un 0 a 0 que a Milei le conviene. Al menos por ahora.
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