Laje también remarcó que la solución no pasa por ajustar el tipo de cambio, sino por atacar los problemas estructurales del país: “La Argentina es carísima en dólares, pero eso no se soluciona devaluando. Se soluciona bajando costos internos, eliminando intermediarios y bajando impuestos. Si no, en seis meses volvés al mismo punto”, dijo.
Ejemplos de distorsión: del precio del queso al valor de los autos
El periodista también expuso casos concretos para explicar por qué la economía argentina está tan desfasada. Mencionó, por ejemplo, que un kilo de queso rallado, que se elabora con 15 litros de leche (valuados en más de $5.000), se vende al público a $18.000.
“Si saben que están caros, ¿por qué no bajan los precios? Si ellos mismos dicen que hay que ajustar”, cuestionó.
Además, puso el foco en el sector automotor, asegurando que producir en Argentina hoy es entre un 15% y un 20% más caro que en Brasil. “Las automotrices ya están planteando producir allá porque acá pierden plata. Eso implica menos producción y menos empleo para el país”, advirtió.
Laje, contra la intermediación: “Déjenme vender directo”
Uno de los reclamos más firmes del conductor de A24 fue contra el modelo de comercialización argentino. Según Laje, la economía nacional está plagada de intermediarios que encarecen innecesariamente los productos, desde autos hasta electrodomésticos.
“¿Por qué un iPhone vale lo mismo en cualquier parte del mundo y acá un auto puede tener cinco precios distintos? Porque hay sobreprecios, alquileres altos y comisiones que paga el consumidor”, criticó.
Por eso, propuso avanzar hacia una venta directa, con precios unificados y sin sobrecostos artificiales.
“Si se devalúa, el gobierno pierde el rumbo”
Antonio Laje cerró su análisis con una advertencia contundente: “Si el gobierno decide devaluar, después de haber dicho que no lo haría, pierde todo control. Ya vivimos esto. Una vez más, sería repetir un fracaso”.
Para el periodista, la solución no es cambiar el valor del dólar oficial, sino realizar una reforma profunda de los costos, los impuestos, y la forma de vender en el país. “Hay que dejar de buscar atajos y empezar a modificar lo que realmente no funciona”, concluyó.