El comerciante detenido en General Roca, Río Negro, pidió declarar ante el fiscal Darío Provisionato para intentar alejarse de la escena del crimen. Sin embargo, su relato presentó contradicciones difíciles de ignorar.
El único detenido por el asesinato de Paloma y Josué en Florencio Varela rompió el silencio tras 15 días en la cárcel. Su testimonio, en lugar de despejar dudas, dejó inconsistencias que lo comprometen aún más.
El comerciante detenido en General Roca, Río Negro, pidió declarar ante el fiscal Darío Provisionato para intentar alejarse de la escena del crimen. Sin embargo, su relato presentó contradicciones difíciles de ignorar.
La principal prueba en su contra es un celular clonado que replica el número de Josué, el adolescente asesinado. Aunque negó cualquier vínculo con las víctimas, no pudo explicar tres llamadas clave registradas en el teléfono sospechoso.
El Samsung A02, señalado como pieza clave en la investigación, fue encendido por primera vez una semana antes del crimen. Según las pericias, el acusado compró este dispositivo entre mayo y junio de 2024, pero lo mantuvo apagado hasta agosto.
Las comunicaciones que más lo comprometen ocurrieron entre el 17 y el 19 de noviembre, días en los que realizó llamadas y envió mensajes que no pudo justificar. Luego, aseguró que lo dejó guardado en su mesa de luz hasta el mes pasado.
Su teléfono principal, un Samsung S21, no presentó movimientos sospechosos, pero la existencia del segundo equipo con un número coincidente con el de Josué lo deja en una posición comprometida.
Otro punto débil en su testimonio es la compra del teléfono. Declaró que lo adquirió a través de Marketplace de Facebook, pero no pudo brindar el nombre del vendedor ni detalles de la transacción.
Además, el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom) desestimó la posibilidad de que un IMEI pueda ser clonado, lo que refuerza la hipótesis de que el Samsung A02 pertenecía al acusado y no a otra persona.
Mientras tanto, surge otra línea de investigación. El padre de Paloma, Omar Gallardo, tiene una ex pareja y otra hija en General Roca, la misma ciudad donde se encontró el teléfono clonado. Este dato abre nuevas preguntas sobre una posible conexión entre el detenido y la familia de las víctimas.
Por ahora, el acusado seguirá tras las rejas, mientras la fiscalía intenta esclarecer el enigmático crimen que conmociona a Florencio Varela y Río Negro.