Con una frialdad que impactó a todos los presentes, el acusado reconstruyó la secuencia del crimen en la audiencia, mostrando la maniobra con la que asfixió a Catalina dentro de un automóvil.
"Soy un homicida, pero no un femicida"
Más allá de confesar su responsabilidad en el asesinato, Soto intentó diferenciar su accionar de un femicidio, asegurando que no mató a Catalina por su condición de mujer. "No hay día que no me arrepienta de lo que hice. Mi vida era perfecta y ahora estoy en una cárcel. Soy un homicida, pero quiero defenderme y no soy un femicida. El arrepentimiento está desde que me detuvieron", expresó ante la mirada atónita de los presentes en la sala.
Lo más impactante de su testimonio llegó cuando reveló lo que le pidió a la policía tras ser detenido:
"Cuando yo admití a los policías que había sido el autor del crimen, le pedí a un policía que busque a Marcelo (padre de la víctima) para que me mate, para que me mate por lo que había hecho."
Sus palabras, lejos de generar empatía, profundizaron el dolor de la familia de Catalina, que aún busca justicia por su trágica muerte.
Un giro clave en el juicio
A raíz de la confesión de Soto, el juez tomó una decisión crucial: modificar la carátula de la causa, pasando de "homicidio agravado por alevosía" a "homicidio criminis causa".
Este cambio no es menor, ya que implica que, según la versión del acusado, su intención inicial no era asesinar a Catalina, sino que lo hizo para evitar que ella pudiera denunciar la brutal golpiza que le había dado minutos antes dentro del auto.
El homicidio criminis causa es uno de los delitos más graves en el Código Penal argentino, ya que se comete con el fin de ocultar otro delito previo. Esta figura legal suele aplicarse en casos donde una víctima es asesinada para evitar que testifique o denuncie un crimen.
¿Qué pena enfrenta Néstor Soto?
Si el tribunal confirma la nueva carátula, Néstor Soto podría recibir la pena máxima prevista por la ley argentina: prisión perpetua.
La condena por homicidio criminis causa no permite beneficios de reducción de pena, lo que significa que el acusado deberá cumplir al menos 35 años de prisión efectiva antes de poder solicitar cualquier tipo de revisión de su condena.
El proceso judicial continúa y la familia de Catalina sigue exigiendo que se haga justicia. Las próximas audiencias serán determinantes para definir el futuro de Néstor Soto, cuyo propio testimonio terminó jugando en su contra.