En su primera carta, Emerenciano relató:
“El 17 de abril de 2025, mientras manifestaba a viva voz, irrumpieron en nuestras celdas y se llevaron elementos que utilizaba para preparar mi comida, indispensables debido a mis problemas de salud: diabetes, hipertensión, pólipos sangrantes y divertículos en el colon", escribió.
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César Sena acumula pruebas y acusaciones en su contra por el femicidio de Cecilia Strzyzowski (Foto: Telam).
En ese mismo documento, pidió a la jueza Dolly Fernández la devolución de una olla y una pava, fundamentales para su alimentación especial.
Emerenciano también reclamó acceso a una radio, alegando que no tiene ninguna vía de información actualizada desde su encierro.
A lo largo de la carta, el líder piquetero —casado con Marcela Acuña, también detenida en esta causa— describió la situación crítica de su hijo:
“Solicito de manera urgente que César reciba asistencia psiquiátrica y psicológica. Cada día lo noto más inestable y temo seriamente por su vida”, expresó.
Asimismo, pidió ampliar el tiempo de patio para poder compartir más horas con su hijo, advirtiendo que, en muchas ocasiones, esos encuentros son limitados o interrumpidos, al igual que las comunicaciones telefónicas.
En el manuscrito, Emerenciano detalló que César se provocó “numerosas lesiones” en brazo, tórax, antebrazos y abdomen.
Dos días después, el dirigente volvió a escribir una segunda carta, en la que denunció que fue víctima de "serios apremios y vejámenes", aprovechando su “estado psicológico frágil”.
Dirigiéndose nuevamente a la jueza Fernández, concluyó:
“Apelo a su humanidad para que nos conceda el perdón de la vida, ya que atravesamos condiciones edilicias, alimentarias, higiénicas y de trato sumamente precarias”.