La muerte de Francesca Mazza, una niña de 12 años que se encontraba disfrutando de su viaje de egresados en Villa Carlos Paz, Córdoba, ha dejado conmocionados a su familia, amigos y comunidad educativa en Mendoza
La muerte de Francesca Mazza, una niña de 12 años que se encontraba disfrutando de su viaje de egresados en Villa Carlos Paz, Córdoba, ha dejado conmocionados a su familia, amigos y comunidad educativa en Mendoza. La alumna del Colegio Sagrado Corazón sufrió un infarto masivo en el parque acuático Mundo Cocoguana, donde perdió la vida pese a los esfuerzos de reanimación. Este suceso ha abierto interrogantes sobre las causas y detalles del evento que llevó a la muerte de la menor.
La causa de muerte fue confirmada pocas horas después de la tragedia, cuando un vocero del caso explicó en el programa Telenoche que Francesca sufrió un infarto masivo. La niña estaba en una plataforma de lanzamiento en el parque acuático, pero al caer al agua, no presentaba signos de ahogamiento, lo que reveló que falleció antes de sumergirse en la piscina.
“El informe preliminar indicó que la niña no tenía agua en los pulmones, lo que sugiere que Francesca murió antes de tocar el agua. Su cuerpo cayó sin vida en la pileta”, explicó el vocero. Esta información fue fundamental para descartar teorías sobre fallos en la atención médica dentro del parque o problemas de seguridad en la atracción.
El análisis inicial de la autopsia fue divulgado por el periodista Santiago Martella, quien afirmó que el informe preliminar descartó lesiones externas en el cuerpo de Francesca. Este dato permitió despejar dudas sobre un posible golpe en el tobogán o al caer en la pileta.
“No hay signos de golpes en el cuerpo de la menor”, aseguró Martella, enfatizando que se esperan los resultados completos del estudio anatomopatológico para entender mejor el cuadro que provocó el infarto. Este tipo de análisis suele implicar el examen detallado de tejidos, lo cual lleva varias horas o días para completarse.
Con los primeros indicios, se ha descartado que el infarto se desencadenara por factores externos como un impacto o una caída brusca. Ahora, el foco está en determinar si Francesca padecía alguna afección cardíaca subyacente desconocida hasta ese momento.
La tragedia sacudió a los compañeros y docentes de Francesca. Los estudiantes del contingente, que regresaron a Mendoza tras finalizar su viaje, fueron informados de la noticia recién al llegar a su ciudad. Se había decidido mantener la información en reserva durante el regreso para evitar un impacto emocional aún mayor en los menores.
“Los chicos se enteraron de lo sucedido apenas llegaron a Mendoza, y fueron recibidos por sus padres y un equipo de psicólogos que los está asistiendo”, informó el equipo de Telenoche. Este apoyo psicológico resulta esencial para afrontar la repentina pérdida y contener la angustia que ha dejado la ausencia de Francesca.
El Colegio Sagrado Corazón ha dispuesto un plan de acompañamiento emocional para los estudiantes y sus familias, conscientes del impacto que representa la pérdida de una compañera en circunstancias tan difíciles. La comunidad de Mendoza también se ha solidarizado con la familia Mazza, quienes han recibido innumerables muestras de apoyo.
El suceso ha despertado preguntas sobre la seguridad en el parque acuático Mundo Cocoguana, un popular destino recreativo en Villa Carlos Paz, visitado por decenas de contingentes escolares anualmente. En este caso, la administración del parque colaboró en todo momento y ofreció su equipo de asistencia médica para tratar de reanimar a Francesca. Sin embargo, las preguntas en torno a la seguridad y protocolos de salud en estos lugares continúan siendo una preocupación para los padres y la sociedad.
Frente a la creciente cantidad de viajes escolares hacia parques acuáticos y temáticos, varios padres de familia han expresado inquietudes respecto a la atención médica inmediata en caso de emergencias y la disponibilidad de equipos especializados, como desfibriladores y personal capacitado en primeros auxilios, que en muchos casos resultan vitales para salvar vidas en situaciones críticas.
El trágico caso de Francesca Mazza subraya la importancia de los controles médicos preventivos en niños y adolescentes. En particular, muchos especialistas han señalado la relevancia de realizar estudios cardíacos completos, como electrocardiogramas, que pueden detectar condiciones latentes que representan un riesgo en actividades físicas o situaciones de alto estrés.
Los infartos masivos en personas tan jóvenes suelen relacionarse con anomalías cardíacas no diagnosticadas, como la miocardiopatía hipertrófica o el síndrome de QT largo, ambas afecciones que pueden desencadenar paros cardíacos ante eventos de alta adrenalina. Algunos expertos recomiendan que los colegios incluyan estos estudios en los exámenes de salud escolar.
En muchos países, las pruebas cardíacas previas a actividades deportivas o recreativas intensas son un requisito estándar, y esta práctica está ganando terreno en Argentina como una medida preventiva. Especialistas en cardiología infantil sugieren que los padres evalúen la posibilidad de realizar estas pruebas, especialmente si existe algún historial familiar de problemas cardíacos.
Desde que se conoció la noticia, el círculo social de Francesca ha recibido mensajes de apoyo y solidaridad. Las redes sociales se han convertido en un canal para expresar condolencias, y varias instituciones mendocinas, incluyendo la iglesia Sagrado Corazón, han realizado oraciones y misas en memoria de la pequeña.
Este respaldo comunitario ha sido una ayuda inestimable para los padres de Francesca, quienes atraviesan el dolor de una pérdida inesperada y devastadora. Además, se han llevado a cabo ceremonias y vigilias en Mendoza, donde tanto familiares como compañeros y docentes han rendido homenaje a su memoria.
El fallecimiento de Francesca Mazza ha servido como un recordatorio de la importancia de revisar los protocolos de salud y seguridad en entornos recreativos y educativos. Las autoridades escolares de Mendoza han comenzado a evaluar sus normativas para asegurarse de que, en futuros viajes de egresados, se cuente con acceso inmediato a atención médica de emergencia en los destinos de mayor afluencia.
El impacto de esta tragedia ha trascendido el entorno escolar, impulsando a instituciones y comunidades a buscar maneras de proteger mejor a los jóvenes en actividades recreativas y viajes. La pérdida de Francesca invita a una profunda reflexión sobre cómo prevenir incidentes similares y cómo la sociedad puede apoyar a los padres y colegios en la implementación de medidas de seguridad.
