Apenas se registró el accidente, vecinos que presenciaron la escena alertaron a las autoridades. Efectivos de la comisaría quinta y de la Policía científica se presentaron en el lugar para realizar las pericias correspondientes. Como parte del procedimiento, el tránsito en la zona fue interrumpido temporalmente mientras se llevaban a cabo las investigaciones.
El caso quedó en manos del fiscal de Delitos Culposos, Germán Vera Tapia, quien está analizando si la obra de donde se desprendió la placa contaba con la documentación y habilitación requeridas. El objetivo es determinar responsabilidades y establecer si hubo negligencia por parte de los responsables de la construcción.
Este tipo de incidentes abren el debate sobre el control y la seguridad en obras en construcción, especialmente en zonas urbanas con alto tránsito peatonal y vehicular.
El fallecimiento de Gian Franco dejó un vacío imposible de llenar para su familia y amigos. A través de redes sociales, sus seres queridos expresaron su dolor y pidieron testigos del accidente para esclarecer lo sucedido.
"Era un chico tranquilo, bueno, iba a la playa, al gimnasio, y tuvo esta muerte tan absurda", escribió su tía Verónica en un mensaje de despedida que circuló por WhatsApp.
Además de los homenajes y palabras de despedida, los familiares difundieron un comunicado en redes sociales con un alias para recibir donaciones, con el fin de cubrir los gastos del traslado del cuerpo a Claypole, donde será despedido por sus seres queridos.
El trágico desenlace de Gian Franco Ayala pone en evidencia la necesidad de reforzar los controles de seguridad en obras en construcción. En zonas de alto tránsito, cualquier elemento mal asegurado puede convertirse en un arma mortal, como en este caso.
Las tormentas y los fuertes vientos pueden generar desprendimientos de estructuras mal sujetas, lo que subraya la importancia de exigir a las empresas constructoras y a los organismos de control que verifiquen el cumplimiento de las normas.
El caso de Gian Franco no es el primero ni será el último si no se toman medidas más estrictas. La investigación del fiscal Vera Tapia podría ser clave para determinar si existió una omisión o negligencia que derivó en esta tragedia.
Más allá del dolor que hoy embarga a la familia Ayala, este hecho debe servir como un llamado de atención para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
Los controles en construcciones deben ser rigurosos y constantes, y las empresas responsables deben garantizar la seguridad de sus obras, no solo para los trabajadores, sino también para los transeúntes y vecinos.
Mientras tanto, la familia de Gian Franco sigue pidiendo justicia y esperando respuestas.