El impacto frontal fue inevitable y devastador. La colisión resultó mortal para Emiliano, mientras que el conductor de la camioneta sufrió heridas leves. El chofer del camión, único ocupante del vehículo, salió ileso pero quedó en estado de shock.
"Sentí que empezó a vibrar y se me salieron las duales", relató el camionero después del accidente, todavía conmocionado por lo ocurrido. Roberto Bancur, jefe del cuerpo de bomberos voluntarios de Claromecó, aseguró que el hombre estaba en un estado crítico emocionalmente: "Estaba shockeado. Hubo que atenderlo".
Un joven querido por toda la comunidad
La muerte de Emiliano dejó un profundo dolor en Orense, donde era ampliamente conocido y querido. Hijo de Ceferino Vicente, trabajador de la Cooperativa Eléctrica, y de Marina Caraduje, bibliotecaria del colegio y de la Biblioteca Pública, Emiliano era un joven apasionado por la naturaleza y el deporte.
Se encontraba a tan solo dos materias de recibirse de Licenciado en Marketing en Mar del Plata, pero su verdadera pasión estaba en el mar: amaba el surf y la pesca. Además, trabajaba en una carpintería, donde se dedicaba a fabricar muebles con madera reciclada.
Su círculo cercano lo recuerda como una persona noble, tranquila y siempre sonriente. Entre sus grandes pasiones estaba su Renault 19, un modelo ‘98 que conservaba con devoción. Apenas una semana antes de la tragedia, había celebrado un hito especial: su auto alcanzó los 100.000 kilómetros recorridos, y él lo festejó enviando una foto a su amigo Tomás Fhurer.
"Emi era un ángel, la persona más buena, siempre con una sonrisa, agradecido de la vida, cauteloso en sus movimientos, en sus proyectos, siempre buscando un consejo, feliz, surfista, pescador, amante de la naturaleza, sano", lo describió Tomás con profunda tristeza.
La pérdida de Emiliano Vicente conmueve a toda la comunidad de Orense, que aún intenta asimilar la tragedia de un joven que tenía toda una vida por delante.