La causa en la que se investiga el asesinato de Magalí Yael Levy sumó al expediente videos en las que se muestra cómo ingresaron al edificio sus asesinos. Por el caso ya hay dos detenidos y se busca a tres personas que integraban la banda.
Las imágenes de las cámaras de seguridad del edificio donde vivía Levy registraron la llegada de los asesinos al lugar y hasta el diálogo que mantuvieron con una vecina.
La causa en la que se investiga el asesinato de Magalí Yael Levy sumó al expediente videos en las que se muestra cómo ingresaron al edificio sus asesinos. Por el caso ya hay dos detenidos y se busca a tres personas que integraban la banda.
La joven de 28 años, madre de dos hijos y perteneciente a la comunidad judía, fue hallada maniatada y con una bolsa de plástico en la cabeza, lo que sugiere que su muerte se produjo por asfixia.
Todo comenzó con un mensaje de WhatsApp donde una amiga de Magalí, que buscaba una empleada doméstica, fue contactada por una supuesta conocida que le recomendó a una mujer llamada Emilse Alegre.
Diana González fue quien se presentó con una identidad falsa. El 5 de marzo fue por primera vez a la casa de Magalí. A pesar de no haber causado una buena impresión, volvió dos días después: el viernes 7 de marzo, día en que ocurrió el crimen.
Sin embargo, el verdadero objetivo del grupo era una caja fuerte que Magalí tenía en su departamento. Creían que escondía una suma importante de dinero.
Según la investigación, la joven fue atacada, golpeada, atada y asfixiada con una bolsa en la cabeza. La banda la torturó para que revelara la combinación, pero al no lograrlo, la asesinaron.
El primer video es del día 5 de abril donde Magalí recibió en la planta baja del edificio a su asesina a quien saludó con un beso. Es la última de las imágenes en las que se ve a la joven con vida.
En otro de los videos se ve también la llegada de González al edificio pero dos días después, el 7 de abril, día del asesinato. En esa oportunidad, la supuesta empleada doméstica ingresó a la vivienda al aprovechar que la puerta había quedado entre abierta con la llegada de otra vecina. Su entrada quedó registrada cerca de las 12.
En un tercer video, las cámaras de seguridad registraron la llegada del cómplice de González cerca de las 13. El asesino aprovecha que una vecina está ingresando en el edificio y se pone detrás para entrar con ella. En el diálogo captado, se puede escuchar a la mujer que, en alerta, le pregunta si tiene llave del lugar. Él le contesta que sí y se produce un intercambio con la señora, que sorprendida, le dice que nunca antes lo vio. En ese momento, el asesino le dice que vive al departamento 3° B y la señora termina diciéndole "somos vecinos".
Ambos asesinos salieron del edificio juntos a las 13.30, por lo que se presupone que en esa media hora cometieron el crimen.
Además, los investigadores pidieron las cámaras de la zona y descubrieron a dos mujeres integrantes de la banda comprando en un supermercado de la zona cinta scotch y sogas que se usaron para cometer el delito.
Los implicados escaparon hacia San Pedro del Paraná, Paraguay. Allí buscaron refugio en una zona rural conocida como Fleitas Cué, dominada por bandas del narcotráfico y de difícil acceso para la policía.
En ese lugar, contactaron a un brujo local, quien supuestamente les ofrecía protección espiritual. Como parte del ritual, sacrificaron un buey como ofrenda.
Vecinos de la zona relataron que no era la primera vez que el brujo participaba en prácticas similares para "proteger" a personas involucradas en hechos delictivos.
Otro dato clave fue que, durante la fuga, cambiaron el chip de un celular, lo que permitió rastrear a Elcira Giménez González y Sixto Amarilla, quienes fueron detenidos con pedido de captura internacional.
En un allanamiento en la casa de la madre de dos de los acusados, la policía encontró 4.000 dólares enterrados y prendas que pertenecían a la víctima.
Los investigadores creen que la banda está vinculada a la organización criminal conocida como "Los Sampedranos", una agrupación violenta con base en el barrio 31 de la Ciudad de Buenos Aires.
Por el crimen hay actualmente dos personas detenidas y tres prófugas, todas sospechadas de haber participado en distintos roles en el asesinato, el robo y la posterior fuga.