El traslado de Laudelina Peña, tía de Loan, a una cárcel de máxima seguridad no solo causó impacto por el avance en el caso de la desaparición del niño, sino por una revelación inesperada: comparte prisión con Magdalena Espósito Valenti.
El traslado de Laudelina Peña, tía de Loan, a una cárcel de máxima seguridad no solo causó impacto por el avance en el caso de la desaparición del niño, sino por una revelación inesperada: comparte prisión con Magdalena Espósito Valenti, una de las presas más conocidas del país. Espósito Valenti fue condenada por el asesinato de su hijo, Lucio Dupuy, en un caso que conmovió a toda la Argentina y despertó indignación masiva en 2021.
Ambas mujeres están recluidas en una penitenciaría que alberga a las internas más peligrosas y vigiladas del país. La presencia de Espósito Valenti en la misma cárcel donde ahora se encuentra Laudelina Peña ha despertado un interés renovado en ambos casos, vinculados por la extrema violencia infantil. Magdalena Espósito Valenti, quien fuera hallada culpable del brutal homicidio de su hijo de 5 años, recibió una condena a prisión perpetua. El asesinato de Lucio no solo mostró el maltrato atroz que sufría el niño, sino que también evidenció las fallas en el sistema de protección infantil.
Ahora, Peña, arrestada en el marco de la desaparición de Loan, ocupa la misma prisión, uniendo así dos de los casos más trágicos que han marcado a la sociedad argentina en los últimos años.
El caso de Loan, de 5 años, ha tenido avances relevantes, aunque persisten muchas incógnitas. Según declaraciones de Juan Pablo Gallego, abogado de la familia del niño, hubo irregularidades en los primeros momentos de la investigación. Gallego señaló que las autoridades no actuaron con la rapidez necesaria: "No lo quisieron procesar en 24 horas. Eso está claro", criticó el letrado, sugiriendo que el caso pudo haberse resuelto más temprano.
Uno de los elementos más reveladores fue la confirmación de que durante el almuerzo del 13 de junio—el día en que Loan desapareció—había otros niños presentes. Esta información fue clave para la hipótesis de que Loan no era el objetivo principal del crimen. "Algo salió mal. Había otros niños en ese almuerzo. Al que se llevó a Loan se le frustró la posibilidad con otro chico", explicó Gallego, insinuando que el niño fue una víctima circunstancial de un plan que no salió como se esperaba.
La coincidencia de que Laudelina Peña comparta prisión con Magdalena Espósito Valenti ha generado inquietud en la opinión pública, al poner en perspectiva dos de los casos más estremecedores relacionados con violencia infantil en Argentina. Por un lado, el asesinato de Lucio Dupuy dejó al descubierto los límites de la crueldad dentro del hogar. Por otro, la desaparición de Loan plantea interrogantes sobre las circunstancias que rodearon el hecho y la posible participación de adultos cercanos al menor.
La vinculación indirecta entre ambas reclusas refuerza la sensación de que la justicia aún tiene cuentas pendientes en la protección de la infancia. Espósito Valenti, junto a su pareja, fue señalada no solo por el homicidio, sino por someter a Lucio a un prolongado periodo de abusos. En paralelo, Laudelina Peña permanece detenida mientras se investiga cuál fue su papel en la desaparición de Loan y si tiene información clave para esclarecer los hechos.
“El camino está más despejado ahora y podemos tener esperanzas de llegar a la verdad”, comentó Gallego, aunque también subrayó que hay personas que aún no han hablado. El abogado insiste en que existen testigos o familiares que conocen la verdad, pero que por alguna razón no han colaborado con la justicia. “Hay muchas personas que saben la verdad, pero deben tener razones para no decirlas”, añadió, en una clara crítica al encubrimiento que ha complicado el avance del caso.
Mientras la sociedad argentina sigue exigiendo justicia por Lucio Dupuy y espera respuestas claras sobre el paradero de Loan, la presencia de Laudelina Peña y Magdalena Espósito Valenti en la misma prisión simboliza la urgencia de que la justicia actúe con celeridad y contundencia en ambos casos. La convivencia de estas dos internas en la cárcel no solo refleja el impacto mediático que tuvieron sus historias, sino que también pone de relieve el desafío pendiente de procesar estos hechos y garantizar la protección de los niños para evitar nuevas tragedias.
