En enero de 2024, los jueces de ejecución Rodolfo Quinteros y Martín Martínez autorizaron que Teruel pudiera cumplir su pena en su domicilio debido a problemas de salud, específicamente por una uña encarnada. No era la primera vez que el condenado utilizaba motivos médicos para salir de prisión: en 2022 estuvo meses internado en una clínica privada, la Santa Clara de Asís, por una supuesta afección en un dedo del pie.
En 2023, su defensa presentó un habeas corpus, argumentando nuevamente cuestiones médicas. El juez Martín Pérez, del Juzgado de Garantías de 1ra Nominación en feria, aceptó el recurso y le otorgó la prisión domiciliaria, con el uso de una pulsera electrónica y la posibilidad de trasladarse a una clínica cuando fuera necesario.
Sin embargo, pocas semanas después, el mismo magistrado revocó el beneficio, tras recibir el informe de una junta médica que determinó que podía permanecer en la cárcel sin riesgos para su salud.
Hoy, 14 de febrero de 2025, la Justicia ordenó nuevamente su traslado al penal, poniendo fin -al menos por ahora- a una seguidilla de beneficios que mantuvieron al hijo del músico Mario Teruel fuera de la cárcel por largos períodos.