Roberto, el abuelo de Kim, se detuvo a hablar con Radio Mitre a las puertas del velatorio. Conmovido hasta las lágrimas, expresó la angustia de toda una familia que quedó destrozada.
Los restos de Kim Gómez fueron despedidos en una casa velatoria de La Plata, en medio de un profundo dolor. Su familia y amigos aún no pueden asimilar la tragedia que les arrebató a la niña de 7 años, víctima de un brutal robo.
Roberto, el abuelo de Kim, se detuvo a hablar con Radio Mitre a las puertas del velatorio. Conmovido hasta las lágrimas, expresó la angustia de toda una familia que quedó destrozada.
“Somos presas de esos lobos rapaces que te quitan la vida. Arruinaron una familia, al papá, a la mamá, a los amigos. Era una niña, era nuestra princesa”, dijo con la voz quebrada.
El crimen ocurrió cuando dos delincuentes, también menores de edad, robaron el auto de la madre de Kim y la arrastraron varias cuadras antes de abandonar el vehículo. La pequeña murió como consecuencia de las heridas, en un caso que sacudió a toda la comunidad platense y reavivó el debate sobre la inseguridad.
A pesar del dolor, Roberto, quien profesa la fe evangelista, rechazó la idea de un castigo extremo para los responsables. “No queremos devolver mal por mal. Como cristianos, estamos en contra de la muerte. Solamente Dios es el dador de la vida y de la muerte”, afirmó.
El abuelo de Kim aseguró que el único consuelo que le queda es la fe, aunque sabe que el vacío que dejó su nieta es irreparable.
El caso generó una fuerte conmoción social y llevó a que el padre de uno de los menores detenidos pidiera perdón públicamente a la familia de Kim.
Roberto, lejos de alimentar el odio, respondió con empatía: “No lo conozco al hombre este. Como papá, si me llegara a suceder eso, la verdad que también saldría a pedir disculpas. Aceptamos la disculpa”.
Sus palabras reflejan un gesto de humanidad en medio del peor de los sufrimientos, aunque el dolor sigue presente y la herida tardará en cerrar.
Mercedes Ninci, quien estuvo presente en la despedida de la niña, reveló que conversó con compañeras de colegio de Kim. Una de ellas le contó que la pequeña tenía un sueño claro: “Quería ser profesora de gimnasia artística, porque ella iba siempre a gimnasia”.
La familia de Kim está fuertemente ligada al deporte. Su papá y sus hermanos juegan al fútbol en un club local, y ella misma asistía a clases de gimnasia artística con pasión. Sus amigos y entrenadores aún no pueden creer que su vida haya sido arrebatada de esta manera.
A pesar del impacto del caso, la periodista Mercedes Ninci remarcó que ningún funcionario provincial ni nacional se comunicó con la familia para expresar su apoyo o brindar ayuda más allá del acompañamiento psicológico estándar que ofrece la justicia.
En un contexto de creciente preocupación por la inseguridad, la falta de respuestas oficiales genera indignación y deja a la familia de Kim enfrentando el duelo prácticamente en soledad.