SIGUE EL DOLOR

La estremecedora señal que recibió el papá de Kim Gómez a pocos días de su cumpleaños

A través de sus redes sociales, él sigue compartiendo el camino del duelo y las pequeñas señales que, en su búsqueda de sentido, lo mantienen en pie.

La estremecedora señal que recibió el papá de Kim Gómez a pocos días de su cumpleaños

El cumpleaños número 8 de Kim Gómez no será un día más. Tampoco será un festejo como cualquier otro. Será el primero sin su presencia física. Será el más duro. Y para Marcos Gómez, su padre, será una jornada cargada de dolor, memoria y un pedido de luz que llegó con una respuesta inesperada. A través de sus redes sociales, él sigue compartiendo el camino del duelo y las pequeñas señales que, en su búsqueda de sentido, lo mantienen en pie.

Desde que ocurrió el trágico hecho que terminó con la vida de Kim, Marcos Gómez convirtió sus redes sociales en un espacio de lucha, recuerdo y catarsis. Allí, casi a diario, expresa cómo sobrelleva la ausencia de su hija. Con palabras que invitan al silencio y a la empatía, cada publicación es un intento de sanar, de no olvidar y de mantener viva la esencia de Kim.

"Todas las noches invadís mi mente, mi corazón. Esa sonrisa. Te extraño tanto. Hoy son de esos días que duelen fuerte", escribió Marcos recientemente. La frase no pasó desapercibida. La acompañó con una imagen simple pero cargada de dolor: una remera rosa de niña doblada sobre una cama vacía.

Pocos minutos después, volvió a publicar. Esta vez, con algo distinto. Una “señal”, como él mismo la llamó. “Dame luz hija”, había pedido. Y según él, esa luz llegó. Justo a tiempo. Justo cuando más lo necesitaba.

La señal no fue una casualidad ni una visión. Fue un gesto. Un símbolo. Marcos compartió en sus historias de Instagram una serie de dibujos hechos por chicos de primaria. Habían sido realizados por alumnos de tercer a sexto grado de los colegios Santísima Trinidad y San Fernando de Tucumán.

Los dibujos, hechos con crayones, fibras y hojas de carpeta, retrataban corazones, flores, estrellas y mensajes para Kim. Algunos decían “Te recordamos” o “Siempre en nuestro corazón”. Otros, simplemente, llevaban el nombre de la nena rodeado de colores.

Semejante cariño… Gracias chicos, gracias Sandra. Ojalá algún día pueda conocer a todos. Hablame de empatía y de cariño”, escribió Marcos, visiblemente conmovido.

La conexión entre Kim y el dibujo no era nueva. Según contó su familia, a Kim le encantaba dibujar. Era una de sus actividades preferidas. Por eso, el homenaje de estos chicos fue más que un gesto escolar. Fue un lenguaje común. Un puente entre la niña y quienes hoy la recuerdan sin haberla conocido.

Las maestras de ambos colegios decidieron organizar esta actividad como una forma de acompañar a la familia Gómez en un momento tan especial y difícil como lo es el primer cumpleaños sin su hija.

El impacto emocional fue inmediato. Marcos recibió los dibujos como si fueran una señal directa de su hija. Una manera de decirle que no estaba solo. Que la memoria de Kim seguía viva en otras manos pequeñas, con otros lápices, en otras aulas.

Como parte de los homenajes, la familia de Kim decidió que el sábado anterior al 28 de abril se pintará un mural conmemorativo. Será una de las tantas maneras que eligieron para recordar a su “princesa”, como la llama su papá. Un intento de hacer tangible lo que aún duele.

La iniciativa surgió a raíz de un pedido que la propia Kim había hecho en vida. “Kim le pidió a la mamá un cumpleaños de Capibara y se lo vamos a dar”, compartió Marcos en una de sus publicaciones. La frase generó cientos de reacciones. Comentarios de apoyo, lágrimas digitales y palabras de consuelo.

El mural, entonces, no será solo un recuerdo visual. Será una respuesta. Una manera de cumplirle a Kim su deseo. Una promesa cumplida en medio del vacío.

Aunque la familia quiere recordar a Kim con cariño y rodeada de gestos de amor, el dolor sigue siendo inevitable. “Sinceramente no hay nada que festejar sin ella, pero sí quisiéramos recordarla y pasar un lindo momento”, dijo Marcos en otro posteo.

La frase resume con precisión la dualidad del momento. El deseo de seguir adelante, de aferrarse a la memoria, y al mismo tiempo, la certeza de que nada volverá a ser igual.

Lo que pasó con Kim Gómez no solo marcó a su familia. Conmovió a toda una comunidad, generó indignación nacional y abrió debates sobre la justicia, la seguridad y el valor de la vida de los más pequeños.

La respuesta de los chicos, las maestras, y quienes cada día comentan en las publicaciones de Marcos, demuestra que el dolor compartido se vuelve un poco más liviano. Que las redes, cuando se usan para recordar, también pueden ser una herramienta de amor colectivo.

En muchos de sus posteos, Marcos Gómez reitera su pedido de justicia. No solo por Kim, sino por todos los niños y niñas que han sido víctimas de violencia. Su perfil de Instagram se transformó en un espacio donde la memoria y la denuncia conviven, donde cada imagen, cada frase, cada recuerdo, mantiene viva la historia de su hija.

Y este 28 de abril, el día que Kim cumpliría 8 años, esa memoria se vuelve aún más fuerte. Más visible. Más compartida.

No será un cumpleaños más. Será el cumpleaños que nunca debió ser así, pero que, en medio del dolor, encuentra gestos de amor capaces de sostener.