“¿Qué hay que llevar?”, contesta la comensal a lo que la anfitriona responde: “Sólo lo que van a tomar”.
Desde el trato fraternal, lo declarado por Caillaba, que no conocía a la gente que estaba en esa mesa, se cae y le da impulso a una nueva investigación. “Que traiga una petaca también”, le dice el final del chat.
El teléfono de Laudelina todavía no fue peritado
Desde este punto, la perspectiva puede plantear un plan para raptar a Loan, aunque el contenido no tenga mayor relevancia, marca los vínculos de los principales sospechosos. Por eso, llama la atención que Laudelina no esté comprometida con la desaparición del menor.
En tanto, los investigadores siguen buscando una línea que va más allá del matrimonio y el comisario Maciel. Mientras los fiscales creen que habría una asociación criminal, estos chats pueden ser relevantes para poner un poco de claridad en cuanto al contexto de la desaparición.