El hombre no solo condujo alcoholizado, sino que también intentó evadir el testeo vial. “Dale, dale, dale, no, mire, que su boca agarre la boquilla”, le indica el agente de tránsito al infractor. “No, me estás cortando el aire, caballero, por favor, colabore, es la última”, le exige una y otra vez el oficial al repetir el procedimiento.
Segundos después, la situación se volvió más tensa: “¿¡Vas a soplar o no!?“, insistió el agente. El conductor, visiblemente alcoholizado, respondió con resignación: “Si lo mismo me van a llevar”. Luego, accedió a completar la prueba.
Vale recordar que el límite máximo de alcohol en sangre para conductores particulares es de 0,5 gramos por litro. El caso sanjuanino multiplicó por más de cinco esa cifra.
Santa Lucía, además, se destacó por concentrar tres de los cinco registros más altos de alcoholemia detectados en el país durante los controles de fin de año.
Estos fueron los índices más altos registrados en todo el país:
- 2,85 g/l en Santa Lucía, San Juan
- 2,24 g/l en Peaje Hudson de la autopista Buenos Aires - La Plata
- 2.24 g/l en Santa Lucía, San Juan
- 1,94 g/l en San Lucía, San Juan
- 1,91 g/l en autopista Riccheri, Buenos Aires