La testigo identificó con precisión a otros miembros de la Armada que participaron del encuentro. Uno de ellos es Marcelo Ruiz, quien fue reconocido por la madre de Sofía como una de las personas que vio aquella mañana en una estación de servicios sobre la calle Malvinas, justo antes de dirigirse al camping.
Haase fue clara y firme en su testimonio, asegurando que puede identificar sin lugar a dudas a los marinos que estuvieron presentes en el asado. Esta información ha dado pie a una nueva serie de diligencias judiciales.
Ante estos datos, la jueza a cargo del caso se dispone a localizar a los individuos mencionados por la testigo para citarlos a declarar. El objetivo es corroborar los detalles aportados y evaluar posibles conexiones con la desaparición de Sofía. Estas nuevas pistas podrían abrir líneas de investigación que nunca se exploraron o se dejaron de lado en el pasado.
Además de estos avances en Argentina, los fiscales Pinno y Macri reanudaron el trabajo conjunto con autoridades chilenas. La semana pasada, se reunieron con el cónsul chileno en Río Grande y coordinaron una reunión para este lunes en el paso fronterizo San Sebastián. En este encuentro participarán también representantes de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI).
Uno de los acuerdos más importantes de esta reunión es la reactivación de la búsqueda de Sofía Herrera en territorio chileno. Se acordó difundir nuevamente su imagen actualizada en los pasos fronterizos, especialmente durante la temporada de vacaciones, cuando el movimiento de personas es más intenso. Este esfuerzo tiene como objetivo reforzar las alertas y lograr que más personas puedan aportar información sobre su posible paradero.
El único sospechoso: José Dagoberto Díaz Aguila
Las autoridades también han decidido intensificar la búsqueda de José Dagoberto Díaz Aguila, el único sospechoso formalmente imputado en el caso. Díaz Aguila, un peón rural nómade de 51 años, es buscado por Interpol desde 2020. Se convirtió en sospechoso luego de que, en una conversación con un policía encubierto, afirmara saber quién había matado a Sofía y dónde se encontraba su cuerpo.
Díaz Aguila tiene antecedentes penales y problemas de salud mental, lo que ha complicado su localización. Desde hace años, su paradero sigue siendo un enigma. La esperanza de las autoridades es que, con la colaboración internacional, se pueda dar con su ubicación y obtener información crucial para el caso.
Un trabajo en conjunto para encontrar la verdad
Estos nuevos esfuerzos muestran un compromiso renovado por parte de la justicia argentina y chilena. La intervención de fiscales especializados, las declaraciones de nuevos testigos y la colaboración con organismos internacionales reflejan una búsqueda incansable por descubrir la verdad detrás de la desaparición de Sofía Herrera.
Las familias de personas desaparecidas como Sofía han luchado por años para que sus casos no sean olvidados. Ahora, gracias a estas nuevas diligencias, existe una posibilidad real de avanzar en una investigación que parecía estancada. Cada testimonio, cada pista y cada colaboración internacional son un paso más hacia la justicia.
Desde el 28 de septiembre de 2008, la desaparición de Sofía Herrera ha sido una herida abierta para su familia y para toda Argentina. La niña, que tenía solo 3 años al momento de su desaparición, fue vista por última vez en el camping Jhon Goodall, ubicado cerca de Río Grande, en la provincia de Tierra del Fuego.
A lo largo de estos años, la investigación ha enfrentado numerosos desafíos y falsos indicios. Sin embargo, la esperanza nunca se ha perdido. Los recientes avances dan una luz de optimismo para una causa que ha conmocionado al país entero y que exige respuestas urgentes.
Las autoridades judiciales y policiales, tanto en Argentina como en Chile, continúan trabajando para encontrar a Sofía y esclarecer qué ocurrió aquel fatídico día. Este nuevo impulso en la causa podría ser el comienzo de una etapa determinante para encontrar la verdad.