Un grupo de arqueólogos, acaba de presentar un trabajo científico con la superposición de unas huellas dejadas en lo que una vez fue la orilla del lago Turkana en Kenia, África oriental. Esto indicaría la coexistencia de dos homínidos, antepasados del hombre en el mismo lugar. Lo que podría significar un cambio radical sobre como, en un momento de la historia, dejamos de caminar en cuatro patas para incorporarnos, andar a pie y usarlos brazos para crear instrumentos de todo tipo. Esta huellas tienen una antigüedad de al menos 1,5 millones de años.
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El cuidadoso trabajo para dejar al descubierto los restos de los orígenes del hombre en la Tierra. (Foto: Gentileza CTVN)
EL origen del hombre: Un espacio conpartido por nuestros antepasados
La arqueología antropológica, siempre se ha planteado la teoría de Darwin de la "supervivencia del más apto" o la evolución constante. Un animal apareció y por diferentes aspectos de adaptación, terminó desplazando a uno anterior, menos evolucionado.
Con los homínidos se pensó siempre en ese sentido. Que desde hace unos 3,6 millones de años o más, los hominidos comenzaron a poblar la tierra desde corazón del África. Cada rama de homínidos siguió un camino evolutivo diferente y se exinguió.
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Mientras tanto, una especie siguió evolucionando. A medida de su cerebro era cada vez más grande, adquirió un mayor desarollo intelectual para adaptaarse mejor que los demás al ambiente, a crear y manipular utensilios de todo tipo que le dio ventaja frente a otros seres vivos.
El cránoe de un Australophitecus ( hace 5 millones de años) o de un mono tiene unos 400 cm3. El del homo Sapiens Sapiens, la especie a la que perteneceomos tiene 1.300 cm3.
Ahora, un nuevo descubrimiento permite suponer que hubo dos especies que cohabitaron hace 2,6 millones de años. Y por lo que parece - de examinar los rastros arqueológicos - estuvieron en armonía y no en competencia. Por supuesto, ambas especies andaban perfectamente erguidos, elemento que nos aleja irremediablemente de los simios.
Unas huellas, fuente para una nueva teoría sobre el hombre
En 2021, un equipo de paleoantropólogos desenterró en Kenia algo insólito. Buscaban fósiles humanos en sedimentos de hace 1,5 millones de años, En el piso fosilizado hallaron un elemento fabuloso: una pisada que parecía humana.
Tomaron todos los recaudos para aislar la zona y comenzar a dejar a la vista las huellas para el estudio.Todas estaban en las proximidades del lago Turkana, en una zona en que el calor es muy pesado durante muchos meses del año y el agua parece un oasis en un enorme desierto de montañas y escasa vegetación.
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Las pisadas dejaron una conclusión extraordinaria: esos homínidos de casi 2 millones de antigüedad caminaban erguidos y exatamanete igual que nosotros. Una rama directa para la evolución y aparición del homo Sapiens.
Ahora, tras años de investigaciones, el equipo logró diferenciar dos huellas muy diferentes. Pertenecen a dos tipos de antepasados del hombre. Y lo más extraordinario: ambos caminaban erguidos de la misma manera.
Al caminar y dar pasos apoyan primero el talón, luego el arco y finalmente los dedos .
Publicaron sus conclusiones en la prestigiosa revista Science. La primera conclusión revolucionaria es que las dos especies humanas distintas, el Homo Erectus y el Paranthropus Boisei, convivieron al mismo tiempo.
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En torno al lago Turkana, un lugar compartido por varios países africanos, se encontraron los restos de pisadas de dos homínidos diferentes que coexistieron . (Foto: A24.com)
Ahora, con esta evidencia científica, podrán avanzar en montones de preguntas claves sobre la evolución humana y la competición entre especies.
Lo habitual era que hubiese distintas variantes en evolución constante. Gracias a este descubrimiento de Louise Leakey, pahora se sabe algo fabuloso: hace 1,5 millones de años había en África por lo menos seis especies distintas. Una de ellas, el Homo erectus, ya andaba y corría de una forma muy parecida a la nuestra. Eso le permitió llegar incluso hasta el continente asiáticos.
“Se han encontrado restos fosilizados de Homo erectus, Homo Habilis y el Paranthropus boisei, explica Leakey en el trabajo de Science.
“Esta es la primera vez que obtenemos una instantánea de un entorno costero donde dos homínidos diferentes caminaron sobre la misma superficie” con lo que compartieron el ambiente y todo lo que allí había hace 1,5 millones de años. De manera simultánea y sin competir o sea, sin peleas entre ambos grupos.
Una familia dedicada a mostrarnos los orígenes del hombre
Louise Leaky es la tercera generación de una familia de arquélogos y paleontólogos que consagraron su vida a buscar, encontrar y entender cómo vivieron nuestros antepasados. Los primeros fueron Louis Leakey y su mujer Mary. Este arqueólogo inglés convenció a su mujer - tenían la misma profesión - de ir a la cuna de la humanidad: el corazón de África.
Mary fue tan meticulosa en la búsqueda que le daba sentido a todos los descubriementos de Louis y su equipo. Al morir Louis, Mary tomó la posta, secundada por su hijo Richard y su esposa, Meave.
Precisamente Mary, fue la que encontró estas "huellas de Laetoli" petrificadas sobre suelo de arcilla, hace 3,6 millones de años. Richard Leakey continuó los trabajos que le valieron no pocos inconvenientes con -por ejemplo- cazadores furtivos. Su avioneta fue saboteada y se estrelló en uno de los viajes a Laetoli y Turkana. Sobrevivió, pero perdió ambas piernas. Con prótesis, volvió a la investigación en el terreno.
Ahora, es su hija Louise la que lleva adelante todas las investigaciones. Desde niña en que acompañaba a sus padres y abuelos. A los 52 años, acaba de hallar una clave que puede cambiar la historia sobre cómo se desarrollaron los antepasados del hombre. En una convivencia entre grupos, que no fue violenta. Tal vez, en el caso de los homínidos tempranos, la supervivencia del más apto, en realidad fue el progreso gracias a la colaboración.