El presidente estadounidense sigue con su política de establecer subas en los aranceles a las importaciones de los Estados Unidos. Temor por las consecuencias de esa acción en el comercio mundial y el aumento de precios e inflación.
Trump muestra otro aumento de aranceles a las importaciones que afecta al comercio mundial. (foto: Gentileza Autoblog)
El presidente Donald Trump anunció un nuevo aumento en los aranceles para importaciones. Será desde el 3 de abril para los automóviles y autopartes que lleguen a los Estados Unidos. El nuevo impuesto alcanzará el 25%. La decisión causa temor en el comercio local y mundial.
Se teme que el comercio a nivel global avance en una "guerra de aranceles" que complique o frene el intercambio internacional. Además, también hay preocupación en las automotrices norteamericanas. El 50% de los vehículos del mercado local llega del extranjero y las autopartes llegan al 60%. Si tendrán que pagar desde abril más impuestos por importar, la primera consecuencia será el aumento de los precios en el mercado norteamericano y mayor inflación.
El presidente insiste en que cobrando aranceles más altos a las importaciones favorecerá la venta de productos norteamericanos y de fondo, "seduce" a empresas del mundo a radicarse en los Estados Unidos. Pero la realidad económica dice otra cosa - también la teoría - sobre el impacto de aranceles en el comercio.
El mundo está altamente relacionado y un producto "made in..." es casi imposible que esté elaborado al 100% en un país. En el caso de los autos y autopartes en Estados Unidos, los datos permiten comprobar este tema.
El 60% de las autopartes que se emplean en las fábricas norteamericanas llegan desde el extranjero. Si desde el 3 de abril, el arancel trepará al 25%, aumentará el precio de ese insumo y por lo tanto, incidirá en el precio final del vehículo que está en el mercado. Estos cambios van en el sentido contrario de lo que Trump dice que es su objetivo central: recuperar a la economía norteamericana.
Ya las grandes fábricas le advirtieron los efectos negativos de estas medidas y Trump las postpuso por un tiempo. Pero ahora vuelve con el tema. El impacto de las tarifas tiene dos consecuencias inmediatas.
Esta medida afectará principalmente a los exportadores de autos a EE.UU. como lo son México, Canadá, Japón. Corea del Sur y Europa.
Como primer análisis, esta nueva resolución de la Casa Blanca tendrá un efecto nulo en el comercio directo: La Argentina no tiene al mercado norteamericano como para colocar autos y autopartes.
Pero la segunda consecuencia de los aranceles de Trump si pueden impactar en la producción argentina. Si el mercado mundial se frena o tropieza en el comercio, por los aranceles de Trump, el efecto en cadena también llegará a la Argentina.
El 63,7% de las exportaciones del sector van al Brasil y el resto se divide en la región. Estados Unidos no es un mercado en este rubro. Pero entonces, de manera indirecta, se puede afectar por los nuevos aranceles. Ya la devaluación del Real en Brasil y la apreciación del peso frente al dólar complicó la relación dentro del Mercosur. Si además se suman distorsiones arancelarias en el mercado mundial, proveerse de autopartes más caras terminarán afectando el precio final de un vehículo.
Volviendo a los Estados unidos, las empresas renuevan su advertencia a la Casa Blanca: Los aranceles harían aumentar el precio de los automóviles en miles de dólares. Afectaría las ventas de vehículos nuevos y provocaría la pérdida de empleos, por la dependencia de las piezas importadas.
No parece el mejor camino para "hacer grande otra vez a los Estados Unidos" y, en cambio, son más nubes de tormenta en el comercio internacional y fogonea la inflación.
