Fue una de las personas más buscadas en su país por ser un asesino serial. La policía no tenía una sola pista para poder atraparlo, y finalmente logró encarcelarlo por un error de principiante.
El asesino sería por el que en su país se debate reinstalar la pena de muerte. (foto: Gentileza Esquire)
Necesitó menos de dos años completos para causar terror en Corea del Sur. Entre 2003 y 2004 asesinó de una manera brutal a más de 20 personas. Todas mujeres y jóvenes. Logró evadir a la policía durante bastante tiempo hasta que un error inconcebible para un asesino serial, permitió atraparlo.
Su nombre es Yoo Young-chul, pero en toda Corea del Sur era llamado como "el asesino del impermeable".
En el transcurso de menos de 24 meses, aparecieron en la capital del país, Seúl, restos de personas mutiladas. Se lograr identificarlas pero pese a ese "modus operandi" no había rastros del asesino.
Se supo también algo más. Las víctimas, todas mujeres, eran masajistas o trabajadoras sexuales. La policía tomó eso como otro indicio concreto, pero no pudo avanzar demasiado. Solo lograron comprender como actuaba en base a los macabros hallazgos en un bosque de la capital.
El asesino del impermeable entraba en contacto con sus víctimas y luego, en un momento de dominio, las mataba a martillazos en la cabeza. Luego lo mutilaba y finalmente, esparcía los restos por un bosque de los alrededores de Seúl.
La policía en las excavaciones halló un martillo - que usaba para matar a las mujeres y hasta toscos diagramas de como había desmembrado a las víctimas. Pero el "asesino del impermeable" tomaba tantos recaudos que no se podían encontrar pistas como cabellos, trozos de su ropa o muestras de ADN en las víctimas o los martillos. Parecía el asesino serial "perfecto". Hasta que cometió un error garrafal.
Llevaba asesinadas a más de 20 mujeres, cuando tuvo un error que le costó la impunidad y libertad de la que gozaba hasta ese momento. Una de sus últimas víctimas trabajaba en una sala de masajes. El asesino, tal vez por creerse intocable, utilizó el celular de su víctima para hacer un llamado. Las compañeras de la mujer que había sido dada por desaparecida habían hecho la denuncia. La policía tenía los datos del celular y cuando se activó lo pudieron rastrear.
Finalmente, lo encontraron en su casa, con algunos de los elementos que usaba en sus crímenes. Varios martillos y un impermeable de color amarillo. Su nombre pronto proporcionó detalles de un pasado criminal.
Yoo Young-chul había realizado anteriormente unos robos violentos por los que fue detenido, juzgado y condenado a 7 años de prisión. Pero al recuperar la libertad, tomo el peor camino: convertirse en un asesino serial.
Young-chul dijo que mató a 26 mujeres y dio otro detalle escabrosos. En muchos casos, luego de mutilarlas se comió el hígado de varias de las víctimas. "Las mujeres no deben dedicarse a la prostitución y los hombres ricos deben saber el daño que provocan", dijo al ser detenido.
Lo juzgaron por ser un asesino serial y lo condenaron a la pena de muerte. Pero en Corea, la pena capital no se aplica desde1997 y se conmuta por prisión perpetua. El caso del "asesino del impermeable" reabrió ese debate en la sociedad sobre si la pena de muerte, que está en el código penal Coreano, debe aplicarse efectivamente.