Pero esta vez hay una evidencia concreta, se lo pudo ver claramente mientras apareció en la superficie del Atlántico, sobre las costas de Tenerife, en las islas Canarias. Expertos de la National Geographic consideran que casi con toda seguridad es la primera vez que se lo ve en la superficie.
Las imágenes podrán ser comparadas con otras que se tienen de este ser en las profundidades, su hábitat natural y conocer más sobre el "diablo negro". Es tan poco lo que se sabe de esta especie, que jugó un papel de monstruo maligno en la película "Buscando a Nemo", justamente por su feo aspecto y su boca dentada enorme.
Un monstruo de las profundidades de visita en la superficie
Esta aparición del "diablo negro" tiene un valor único para los investigadores de los océanos. El hombre tiene mucho mayor conocimiento sobre el espacio exterior que sobre las profundidades marinas del planeta. Esta "visita" a la superficie será muy bien aprovechada.
El extraordinario encuentro se dio solo a 2 kilómetros de la costa de Tenerife, en una expedición de la ONG Condrik-Tenerife, dedicada al estudio de tiburones pelágicos. Pero en lugar de un escualo, la bióloga marina Laia Valor, no podía dar crédito a lo que veía en la superficie: un pez que solo habita en el fondo del mar, el "diablo negro".
Su nombre científico es Melanocetus johnsonii y solo llegaban a la superficie larvas, ejemplares muertos. En el mejor de los casos, grabaciones obtenidas a 2.000 metros de profundidad. ¿Qué pudo haber llevado a este depredador de las tinieblas acercarse hasta la superficie del Atlántico?
El "diablo negro" es un pez en los fondos marinos entre los 200 y 2.000 metros de profundidad. Allí la luz solar no llega y, como demostró Darwin, este animal supo adaptarse a su ambiente.
Con la "bioluminiscencia" se convierte en una herramienta clave para la supervivencia. Posee una antena luminosa, repleta de bacterias simbióticas. Le permite ver por donde se desplaza pero al mismo tiempo, la luz que emite, actúa como un señuelo que atrae a sus presas antes de ser devoradas en un solo bocado. Para eso tiene una enorme boca poblada de numerosos dientes muy filosos.
La hembra tiene una membrana que desprende un olor para atraer al macho. Cuando se aparean, se produce una extraña simbiosis. El macho, más pequeño que la hembra, muerde su estómago y se adosa para siempre a la hembra. Desde ese momento, serán una unidad para siempre. La hembra comerá y parte del alimento pasará al macho. Este, como contrapartida, se transforma en un reservorio permanente de espermatozoides para cada vez que la hembra está ovulando y así se reproducen.
Un acontecimiento histórico con el "pez diablo"
El hallazgo fue registrado en la Red de Observadores del Medio Marino en Canarias (RedPROMAR) y es un hecho sin precedentes para la biología marina. Su avistamiento es una prueba del valor de la ciencia ciudadana y para avanzar con la investigación marina en torno a Tenerife.
Por el momento debe tomarse como una oportunidad única. La que permitió que "dos mundos diferentes" se conecten gracias a que el "pez diablo" subió de "visita" a la superficie. Un incentivo para continuar la conquista de los océanos. Algo de lo que sabemos muy, pero muy poco.