Opinión

Opinión | Israel, Hezbollah y la guerra en medio oriente: la doble vara al hablar de "genocidio"

Desde hace un año aproximadamente 10.000 misiles cayeron a territorio israelí lanzados por Hezbollah. Hubo decenas de muertos, centenares de heridos y más de 100.000 evacuados que, hasta el momento, no pueden regresar a sus hogares ni a sus vidas habituales. ¿Por qué el mundo calla esto?

Gabriel Astrovsky
por Gabriel Astrovsky |
Opinión | Israel, Hezbollah y la guerra en medio oriente: la doble vara al hablar de genocidio

Es temprano en la mañana. A las seis, muchos todavía aún no se han despertado y el día no ha comenzado para gran parte de la población en Israel. De pronto las sirenas ensordecedoras resuenan en Nahariya y varias localidades el norte del país.

Son las alertas que indican que desde al aire, se está recibiendo un ataque misilístico proveniente de las milicias de Hezbollah, el grupo terrorista con base en el Líbano. Todo aquel que escucha el aviso, debe (en cuestión de 15 segundos, que llega a 1 minuto en localidades un poco más alejadas de la frontera) correr a las áreas protegidas para resguardarse del peligro.

Si esto hubiera ocurrido durante el horario escolar, muchos niños no hubiesen podido llegar a los refugios de las escuelas y, como “alternativa” hubieran tenido que tirarse al piso en sus aulas, boca abajo y con las manos tapándose la cabeza como único resguardo. De Terror.

Esta no es una escena aislada. Alrededor de las tres de la madrugada esas mismas sirenas sonaron en Afula, Migdal HaEmek, Nazareth, Tzipori y otras zonas aledañas. La misma situación, el mismo peligro, la misma angustia.

Pero esto tampoco es aislado. En el atardecer, las amenazas llegaron a la ciudad de Haifa (la tercera más grande del país) y a toda la zona del Carmel.

Un rato antes, el peligro había llegado hasta el centro del país (incluso) a zonas cercanas a Ramallah, la capital de la Autoridad Palestina (lo que demuestra el poco interés que tienen los grupos terroristas por los propios palestinos)

Para dejar algo en claro, cabe recalcar que lo relatado hasta aquí no es un mero resumen de las últimas 24 horas. Desde el pasado 8 de octubre, exactamente un día después de que la organización terrorista Hamás cometiera la peor masacre contra el sur del país, sus pares de Hezbollah decidieron intervenir en la guerra ocupándose de instalar el miedo en el norte.

Desde entonces y hasta ahora, más de 30.000 cohetes y misiles fueron lanzados desde diferentes puntos contra Israel. De ellos, aproximadamente 10.000 provienen de Hezbollah lo que ha provocado decenas de muertos, centenares de heridos y más de 100.000 evacuados que, hasta el momento, no pueden regresar a sus hogares ni a sus vidas habituales.

Ya ha pasado casi un año desde que todo comenzó, y en este tiempo pasaron cosas… muchas cosas.

Pasó una masacre. Con 1400 asesinados, violados, mutilados y hasta descuartizados. Las peores imágenes que nadie querría ver nunca jamás, se han vuelto reales en la mañana del 7 de octubre.

Pasaron 255 secuestrados, de los cuales (de momento) 101 todavía permanecen en cautiverio sobreviviendo a condiciones inhumanas. El sólo pensar que alguna de las chicas secuestradas y violadas, haya quedado embarazada y ya haya parido a su bebé debería, como mínimo, erizarle la piel a cualquiera.

Pasó un acuerdo que prometía, a cambio de un alto al fuego, la devolución de todos los secuestrados, pero que fue corrompido por la decisión unilateral de Hamás de volver a atacar a Israel luego de liberar a unos 80 rehenes.

Pasó que más de 150 mil personas fueron desplazadas de sus hogares de las cuales, hasta el día de hoy, más de cien mil no han podido regresar.

Pasó que se descubrieron cientos de túneles que conectan la Franja de Gaza con Egipto, por los que pudo ingresar armamento terrorista y (lo que es tanto peor) por los cuales no solo podrían haber escapado integrantes de Hamás si no, también, se pueden haber trasladado a secuestrados hacia otros países.

Pasó que Irán, más allá de comandar a sus proxys en la lucha terrorista, un día decidió lanzar más de 3000 misiles hacia el territorio israelí.

Pasó un drone de los huties que voló desde el Yemén y se estrelló en un departamento de Tel Aviv, asesinando a un hombre que dormía en la madrugada.

Pasaron negociaciones frustradas por las pretensiones inconcebibles por parte de los líderes de Hamás.

Y la lista sigue…

En este momento de la crónica amerita una sencilla pregunta.

¿Qué país que sufra un 10% de todo lo que sufrió Israel en el último año, no intentaría tan sólo defenderse de sus enemigos?

La cuestión es que, desde el comienzo de la guerra, Israel fue conminado a responder “con discreción” mientras que, al terrorismo, en ningún momento se le pidió absolutamente nada.

Claro, la respuesta rápida es que un país soberano e independiente debe ajustarse a las normas de la guerra según los códigos internacionales, mientras que al terrorismo (que supuestamente no representa a ningún país en particular) no se le puede exigir nada.

Y aquí vale la explicación del supuestamente anterior.

Las milicias de Hamás y Hezbollah no pertenecen a un país, aunque responden a Irán.

De ahí la explicación de por qué Irán no actúa directamente y opera a través de sus proxys.

A lo largo de todo este año La ONU no solo hizo oídos sordos ante los reclamos de Israel, sino que también lo condenó y habilitó cuanta votación fuera posible en su contra.

La UNRWA que depende de la ONU y opera en Gaza y Cisjordania, no solamente no lucró por el bienestar de los palestinos, sino que ayudó a Hamás en cuanto pudo.

Empleados de dicha organización fueron reconocidos como afiliados al grupo terrorista.

Varios escondieron secuestrados en sus casas. En escuelas pertenecientes a la UNRWA se descubrieron arsenales de cohetes y otras armas (como mínimos ejemplos)

La Cruz Roja Internacional no solamente no cuidó a los gazatíes ni pidió proteger a los secuestrados, sino que operó solamente como remisero para trasladar a los cautivos que fueron liberados, en el momento que debían ser entregados por los terroristas al Ejército de Israel.

La UNICEF no pidió NI UNA SOLA VEZ EN TODO UN AÑO por la liberación de los dos niños (los hermanos Bibas) que, hasta hoy, permanecen en Gaza.

La Corte Internacional de Justicia avaló que un país como Sudáfrica, presente un pedido de juicio por genocidio contra Israel por “la barbarie cometida en Gaza”

Y entonces aparece la doble vara.

A lo largo de todo este año, Israel fue acusada de genocida (y la acusación continúa vigente) aun cuando la Corte ha dicho que no hay pruebas que lo acrediten… pero le pidió a Israel que presente periódicamente un sinfín de datos que demuestren que no está cometiendo tal crimen.

La ONU, en una votación realizada a mitad de septiembre, condenó a Israel y le exigió que frene las operaciones en Gaza de inmediato… aunque sigue sin exigir que Hamás libere a los secuestrados.

¿Si Israel es genocida… Hamás y Hezbollah… qué serían?

Nuevamente la doble vara.

Las organizaciones terroristas en ningún momento fueron acusadas de genocidas.

¿Por qué será? ¿Cuál es el termómetro que mide el nivel de genocidio?

¿Qué hace falta para demostrar que el terrorismo es genocida? ¿Qué foto necesita el mundo para validarlo? ¿Será porque en Israel no han caído tantos misiles?

Tal vez sea hora de contarle al mundo que Israel ha recibido, a lo largo de este año, más de 30.000 misiles y que, afortunadamente, muchos pudieron ser interceptados dado que, mientras Hamás invierte millones de dólares en construir túneles para secuestrar gente, Israel utiliza el dinero para construir el mejor sistema de seguridad nunca visto a nivel mundial.

Pero de ahí, a pensar que, por tener la Cúpula de Hierro, eso le quita mérito a la barbarie terrorista es, sinceramente, no querer ver la realidad.

Ya ha pasado casi un año desde que todo comenzó. Quizá haya llegado el momento de hacer que el mundo abra los ojos y deje de juzgar tan ciegamente con el dedo acusador.

O por lo menos que antes de hacerlo se informe y vea lo que realmente está pasando en esta parte del mundo. Puede ser, ojalá así sea, que después de eso, la balanza se incline para el otro lado.

Ya ha pasado casi un año desde que todo comenzó y todavía 101 personas permanecen secuestradas en la Franja de Gaza. Ojalá que aquellos que tanto acusan a Israel se detengan por un momento y exijan, de manera contundente, que los secuestrados sean liberados y puedan regresar a sus hogares AHORA.

(*) Por Gabriel Astrovsky, corresponsal de A24 desde Israel

Se habló de