Y ya nunca regresó a la Argentina. Una cuenta pendiente durante 12 años que ya jamás podrá ser salvada. Bergoglio eligió para el Papa Francisco, que su descanso eterno sea en Roma. Será en la Basílica de Santa María la Mayor de Roma. Es la Iglesia preferida de Bergoglio fuera de El Vaticano.
Francisco atravesó la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, de Mauricio Macri, de Alberto Fernández y de Javier Milei. Tuvo momentos duros y otros buenos con todos ellos. Pero por diferentes razones, nunca "encontró el tiempo para venir a la Argentina". Ya no podrá.
el papa y la bandera .jpg
Muy cerca, pero...Francisco hizo su primer viaje fuera de Italia, al Brasil, pero no vino a la Argentina. (Foto: Vis Vaticano)
Un papa argentino en su país: la visita que ya no será
“Saben que el deber del cónclave es darle un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales fueron a buscarlo casi al fin del mundo”, dijo en su primera aparición desde el balcón de San Pedro. En la prensa mundial, se lo conoció inicialmente así. "El papa del fin del mundo".
Pero luego, comenzó a conocerse más sobre su personalidad, sus ideas y su compromiso con los humildes. No por nada era de la congregación de los Jesuitas, creada por San Ignacio de Loyola. Y era especial la admiración que tenía por la obra de San Francisco de Asís.
Pero para la Argentina, tuvo una significación especial. Luego de un papa polaco y uno alemán, se esperaba que volviera la tradición de los papas italianos. Pero no fue así. Cuando el cardenal francés Jean-Louis Tauran pronunció la frase "Habemus Papam", pocos segundos después, el país estalló: se pudo comprender que dijo en latín que el elegido había sido Jorge Bergoglio.
En ese momento, hubo un claro contraste. La alegría popular por la elección y el cimbronazo en la clase política, que no lo esperaba. El kirchnerismo en el poder no lo quería desde los cuestionamientos que hizo cuando Néstor Kirchner era presidente y - contrariado - dejó de realizar los "Te Deum" del 25 de mayo en la Catedral de Buenos Aires.
En plena grieta, la oposición lo quiso tomar como suyo. Pero luego, con Macri presidente, tampoco hubo una buena relación - por haber permitido el primer y frustrado debate por el aborto y por declaraciones personales o de sus colaboradores como, Marcos Peña.
Entonces comenzó una espera, no sin angustia y sin que estuvieran ausentes enfrentamientos por la "idea política" de Francisco. Una cosa u otra impidieron que Francisco viniera en el final del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner - que ya había dado un salto en el aire para ser devota del papa argentino - o en el inicio de Mauricio Macri.
en Chile y Perú el Papa.jpg
Para ir a Perú y Chile, el Papa sobrevoló la Argentina. (Foto: VN)
No hubo espacios en la agenda, una excusa por la grieta
Entonces comenzó la larga y ahora inútil espera. Se dijo que el Papa nunca hace un viaje apostólico en años de elecciones. Pero la Argentina tiene una sobrecargada agenda electoral.
En el pontificado de Francisco nuestro país tuvo elecciones en:
- 2013
- 2015
- 2017
- 2019
- 2021
- 2023
Entre elecciones de medio término y elecciones generales. Quedaban entonces solo los años pares (2014,16,18,20,22,24). La pandemia jugó también su papel para evitar este ansiado viaje - entre 2020 y 2023 cuando se declaró el fin del problema a nivel mundial). Sin embargo, la "grieta", la relación con los presidentes y razones personales del Francisco, no hicieron posible que viniera, finalmente a la Argentina, su país.
Dos señales de esperanza, que no se concretaron
Cuando cumplió 10 años como Papa, Francisco dio una serie de notas a periodistas argentinos y esperanzó a muchos: "Yo quiero ir a la Argentina" dijo en marzo de 2023. Y dijo que cuestiones de "agenda" habían impedido que pudiera realizarse, pero que ahora estaba determinado a enmendar esta cuenta pendiente. Habló de una posibilidad frustrada - cuando viajó a Chile y Perú - en una misión apostólica que lo hizo sobrevolar sobre nuestro país. No pudo ser.
Su primer viaje, fuera de Italia, fue a Brasil - al otro lado de la frontera - pero no vino. Se reunió con argentinos en un encuentro especial en la catedral de Río de Janeiro. Saludó con una bandera argentina, pero nada más.
Por lo que después de una década sin resultados, esa declaración de 2023 abrió una posibilidad cierta. El papa Francisco dijo: "Quiero ir a la Argentina". El obstáculo más duro, ya estaba salvado. Incluso, ya con Javier Milei en la presidencia, limaron asperezas por descalificaciones graves del libertario cuando era panelista primero y candidato, más tarde.
Expresó públicamente que se había equivocado y se reunió en El Vaticano con Francisco. También se saludaron en la cumbre del G7 en Italia, con Giorgia Meloni como anfitriona.
los viajes del papa.jpg
Los viajes del Papa Francisco. La Argentina, la gran ausencia. (Foto: A24.com)
Y surgió un momento probable: la segunda mitad de 2024. Esa fue la segunda señal para los argentinos. Pero tampoco fue posible. Esta vez, la agenda pontificia lo llevó a hacer su viaje más largo. Imitando uno de Juan Pablo II, llegó al sudeste asiático y a Oceanía. La Argentina, otra vez, quedó postergada.
Lamentablemente, a su regreso de ese largo viaje, comenzaron a producirse con más frecuencia las dolencias y problemas de salud de Francisco. Con muchas internaciones. Pensar en un viaje de 14.000 kilómetros comenzó a resultar más difícil nuevamente.
Este año, el año Santo, se complicó todo de manera irreversible. Su salud flaqueó como nunca. A los 88 años, debió ser internado de urgencia en la clínica Gemelli. Estuvo 38 días internado. Por dos veces, estuvo al borde de la muerte. Logró resistir y pudo volver a el Vaticano. Justo para la Semana Santa. Y el domingo de resurrección, se lo vio por última vez. En una de las celebraciones más importantes para el Cristianismo.
Los cronistas especializados en El Vaticano - y especialmente en Francisco - dicen que ya en esa aparición, estaba muy desmejorado, casi sin fuerzas para mover sus brazos y como "ausente".
Juan Pablo II visitó Polonia en 9 veces. Jugó un papel activo en la caída del régimen comunista con sus palabras y homilías delante de los propios líderes del régimen. Benedicto XVI, estuvo tres veces en su Alemania natal.
Francisco nunca encontró el lugar en la agenda ni quiso quedar en medio de la grieta - en la que estuvo, sin embargo - y por eso no hubo manera de que viniera a la Argentina. Debió haberlo hecho. El mensaje de un Papa siempre es importante, no importa en que contexto político lo reciba un país. Mucho más si es el suyo.
"Nos vemos a la vuelta", dijo en febrero de 2013, mientras se iba con una pequeña valija. No podrá ser, nunca más.