Si bien no pudo dar el mensaje completo, Francisco pasó brevemente entre los fieles en un clima de aplausos, emoción y gritos de "¡Viva el Papa!". Más tarde, el Vaticano informó que antes de su aparición, el Santo Padre se había confesado, orado y cruzado la Puerta Santa en la basílica de San Pedro.
En la misa, presidida por el arzobispo Rino Fisichella, se leyó un mensaje escrito por el Papa en el que habló de su enfermedad: “Comparto mucho con ustedes: la experiencia de la enfermedad, de sentirnos débiles, de depender de los demás”.
El pontífice citó también a Benedicto XVI y cuestionó la cultura que excluye a los enfermos: "Una sociedad que no acepta a quienes sufren es cruel e inhumana", señaló.
La Santa Sede difundió además el texto del Ángelus dominical, que no pudo ser pronunciado, donde Francisco pidió mejorar las condiciones de trabajo de los profesionales de la salud y reclamó más inversión en sanidad pública, para garantizar el acceso a los más vulnerables.