Los turistas son invitados de manera tradicional a relacionarse de una manera especial con los elefantes asiáticos. Pero esa acción salió mal y un movimiento de un elefante desencadenó un drama.
Un elefante en Tailandia causó una tragedia en un parque con turistas. (Foto: Gentileza Delas.pt)
Es una rutina acostumbrada con los turistas en la isla tailandesa de Yao Yai con los elefantes asiáticos de una reserva. Los turistas son invitados a ingresar a un pequeño estanque y participar con los cuidadores del proceso de "bañar" a los paquidermos. Es una costumbre muy arraigada y, además, un enorme atractivo para los propios turistas que llegan de todo el mundo.
Aunque esta vez, las cosas no fueron como lo esperado. Una turista española murió por un accidente mientras "lavaba" al elefante junto con otras personas. La mujer, para cumplir con esa posibilidad especial cometió un error. Cruzó por delante de la cabeza del paquidermo. El animal, ya adulto, tenía sus colmillos desarrollados. De pronto hizo un movimiento y le clavó uno de los colmillos.
La profundidad de las heridas, le causaron la muerte sin posibilidad alguna de poder salvarle la vida.
Esta costumbre es tan buscada por los turistas como peligrosa. No solo en el "baño a los paquidermos" sino en otras actividades que se dan con los elefantes, se producen accidentes mortales todos los años. No es porque el animal se descontrole. El elefante asiático, al contrario del africano, puede ser domesticado. Pero su tamaño es tan enorme - es la criatura más grande sobre la Tierra (las ballenas, en el mar) que a veces, con un simple movimiento pueden aplastar a una persona. O como en este caso, herirla con sus poderosos colmillos.
Según los datos consignados por los propios funcionarios de Tailandia, cada año, se producen varias muertes de personas. Algunas en este tipo de parques conservacionistas y otras en las reservas para protegerlos de la extinción. La muerte de la ciudadana española en Yao Yai marcó un mal comienzo del 2025. Pero en el año pasado, hubo 39 muertes en sus aproximaciones o contactos con los elefantes.
En total, en los últimos 12 años, sólo en Tailandia se produjeron 240 accidentes mortales con los paquidermos. Tal como ocurre también en el África, se da la paradoja muchas veces fatal. Como hay reservas o santuarios para los elefantes, estos enormes animales no reconocen límites. Ante la pérdida de su espacio natural, derriban cercos o alambrados y avanzan sobre tierras cultivadas y atacan a los pobladores que intentan defender su producción agrícola.
El Ministerio de Asuntos Exteriores confirmó que la Embajada de España en Bangkok logró "confirmar la trágica muerte accidental", y se mantiene "en contacto con la familia y ofreciéndole asistencia para su repatriación".
También recordó que bañar o bañar elefantes es una de las actividades disponibles en algunos centros de aventura del país, que incluyen y presentan, muchos de ellos, espectáculos de paquidermos para turistas. Pero la recomendación del peligro que entraña esa "actividad característica" con los elefantes esta vez, llegó demasiado tarde.
