Aunque su consumo puede parecer inofensivo, dejar de beber bebidas alcohólicas puede tener beneficios significativos para la salud física y mental.
Beber alcohol es una actividad común en muchas culturas alrededor del mundo, y suele estar relacionado con momentos de celebración, relajación y socialización. Sin embargo, expertos y nuevos estudios destacan que el abandonar el consumo de alcohol no solo mejora tu bienestar, sino que también previene numerosas enfermedades.
En Reino Unido, por ejemplo, el 49 % de los adultos consume alcohol al menos una vez a la semana, según la organización benéfica Drinkaware. Además, una encuesta realizada por Global Drug Survey reveló que los británicos se emborrachan más que cualquier otra nación del mundo, al menos una vez por semana. Este patrón de consumo evidencia la importancia de conocer los beneficios de dejar de consumir alcohol para llevar una vida más saludable.
El primer cambio positivo que muchas personas experimentan al dejar de beber es una mejora significativa en la calidad del sueño. El alcohol, aunque a menudo se asocia con relajación, interfiere con el ciclo del sueño, particularmente con la fase REM (movimientos oculares rápidos), que es crucial para la restauración mental y física. De acuerdo con expertos de Drinkaware, el consumo regular de alcohol puede reducir el tiempo que pasas en esta fase reparadora, provocando despertares poco revitalizantes.
Al abandonar el alcohol, tus patrones de sueño comienzan a regularse. Dormirás más profundamente y te sentirás con más energía durante el día. Un descanso adecuado también tiene un efecto positivo en tu estado de ánimo y capacidad de concentración, lo que puede mejorar tu rendimiento en diferentes áreas de tu vida.
El hígado es el órgano encargado de procesar el alcohol, y un consumo excesivo puede llevar a daños graves como enfermedades hepáticas, incluyendo cirrosis y hepatitis alcohólica. La buena noticia es que el hígado tiene una notable capacidad regenerativa. El doctor Shehzad Merwat, gastroenterólogo de UTHealth Houston, explica que al dejar de beber, el hígado puede comenzar a reparar el daño causado por el alcohol, siempre que este no sea irreversible.
Si el daño es leve, como la acumulación de grasa o inflamación, el hígado puede recuperar su función normal rápidamente, reduciendo el riesgo de desarrollar afecciones más graves, como el cáncer de hígado. Dejar de beber es uno de los mejores pasos que puedes tomar para proteger este órgano vital.
El consumo de alcohol afecta la regulación del azúcar en sangre, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. Según Sandeep Kapoor, vicepresidente adjunto de Servicios de Adicción en Northwell Health, el alcohol puede interferir con la capacidad del cuerpo para gestionar adecuadamente los niveles de glucosa, provocando picos y caídas de azúcar. A largo plazo, esto puede llevar a una resistencia a la insulina.
Al dejar de beber, ayudas a tu organismo a mantener niveles de glucosa más estables, lo que facilita el control de peso y mejora tu metabolismo. Además, reduces significativamente el riesgo de desarrollar problemas metabólicos.
El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, lo que significa que puede empeorar condiciones como la ansiedad y la depresión. La profesora Sally Marlow, experta en salud mental y adicciones del King's College de Londres, advierte que el alcohol interfiere con los neurotransmisores responsables del estado de ánimo, exacerbando los síntomas de estas condiciones.
Al dejar el alcohol, muchas personas reportan una notable mejora en su bienestar emocional. Se sienten menos ansiosas, más equilibradas y con una mejor capacidad para lidiar con el estrés. Además, estar sobrio facilita la implementación de hábitos saludables que también contribuyen a una mejor salud mental, como hacer ejercicio y mantener una buena rutina de sueño.
El alcohol tiene un impacto directo en la apariencia de la piel. Beber regularmente provoca deshidratación, lo que hace que la piel luzca apagada y envejecida. También puede exacerbar afecciones como el acné y la rosácea. Según Manassa Hany, director médico de la clínica de adicciones Mount Sinai West en Nueva York, al dejar de beber, la piel puede regenerarse y recuperar su brillo natural.
Al abandonar el consumo de alcohol, notarás una mejora en la hidratación de la piel, la reducción de arrugas, hinchazón y manchas. Tu piel tendrá una apariencia más saludable y joven, lo que te hará sentir más seguro y cómodo con tu imagen.
El alcohol es clasificado como un carcinógeno de Grupo 1 por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), lo que significa que es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de ciertos tipos de cáncer. Según Cancer Research UK, el alcohol está vinculado a siete tipos de cáncer, incluidos los de mama y intestino.
Reducir o eliminar el consumo de alcohol disminuye significativamente el riesgo de desarrollar estos tipos de cáncer, lo que constituye un importante beneficio a largo plazo para tu salud.
El consumo regular de alcohol debilita tu sistema inmunológico, lo que te hace más susceptible a infecciones y enfermedades. Un estudio publicado en la revista Alcohol en 2015 reveló que un solo episodio de consumo excesivo puede reducir temporalmente la cantidad de glóbulos blancos, que son esenciales para combatir infecciones.
Al dejar de beber, tu sistema inmune se fortalece, mejorando tu capacidad para defenderte de virus y bacterias. Esto te permitirá disfrutar de una vida más saludable y con menos enfermedades.
Durante años, se creyó que el consumo moderado de alcohol, especialmente de vino tinto, tenía beneficios para la salud del corazón. Sin embargo, estudios recientes han puesto en duda esta creencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado en 2023 que no hay una cantidad segura de alcohol que no afecte la salud.
Dejar de beber contribuye a reducir la presión arterial, mejorar la función cardiovascular y disminuir el riesgo de enfermedades del corazón, como la insuficiencia cardíaca y el infarto.
El alcohol es una fuente importante de calorías vacías. Una sola pinta de cerveza puede tener alrededor de 200 calorías, y una copa grande de vino, más de 150. Dejar de beber reduce significativamente tu ingesta calórica, lo que facilita la pérdida de peso y mejora tu salud metabólica.
Además, al dejar el alcohol, es más probable que adoptes hábitos alimenticios más saludables, lo que contribuye aún más a mejorar tu peso y bienestar general.
El alcohol afecta negativamente la microbiota intestinal, el equilibrio de bacterias beneficiosas que viven en tu sistema digestivo. Según la doctora Carrie Mintz, psiquiatra de la Universidad de Washington, el consumo de alcohol puede alterar este equilibrio, provocando inflamación y problemas digestivos.
Al dejar de beber, tu sistema digestivo comenzará a recuperarse. La microbiota intestinal volverá a equilibrarse, lo que promoverá una digestión más saludable y reducirá el riesgo de enfermedades gastrointestinales, como el síndrome de intestino irritable.