Nuevo estándar

Adiós al Índice de Masa Corporal: el nuevo estándar para medir la salud que reemplazaría al IMC

El IMC (Índice de Masa Corporal) sería reemplazado como medida, para mejorar la prevención de comorbilidades asociadas al riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas.

Adiós al Índice de Masa Corporal: el nuevo estándar para medir la salud que reemplazaría al IMC

El Índice de Masa Corporal (IMC), utilizado durante décadas como el principal indicador de salud y obesidad, está siendo fuertemente cuestionado por la comunidad médica actual. Nuevas investigaciones sugieren que el Índice de Circunferencia Abdominal (ICA), también conocido como Índice de Redondez Corporal (BRI, por sus siglas en inglés), podría ser un indicador más preciso para predecir enfermedades cardíacas, metabólicas y otras complicaciones graves.

El IMC y sus limitaciones como indicador de salud

Durante mucho tiempo, el IMC fue la herramienta estándar para medir la obesidad y estimar riesgos de salud a nivel mundial. Su fórmula, que relaciona el peso de una persona con su estatura, permitió clasificar a las personas en categorías de bajo peso, peso normal, sobrepeso y obesidad. Este índice se popularizó porque es fácil de calcular y se convirtió en la referencia principal en estudios epidemiológicos.

Sin embargo, el IMC presenta importantes limitaciones cuando se utiliza para evaluar la salud de individuos. No toma en cuenta la distribución de la grasa corporal, lo que es un factor determinante en el riesgo de desarrollar enfermedades. Según expertos en cirugía bariátrica, el IMC no sería un indicador adecuado para predecir comorbilidades, debido a que no distingue entre grasa y masa muscular, lo que puede resultar en clasificaciones erróneas.

Por ejemplo, una persona con una alta masa muscular, como los atletas, podría ser etiquetada como "obesa" según el IMC, a pesar de tener un bajo porcentaje de grasa corporal. Esta generalización ignora aspectos fundamentales como la distribución de la grasa y el tipo de tejido que compone el peso, dos factores que inciden directamente en la salud de una persona.

La circunferencia abdominal como un mejor predictor de riesgos

En los últimos años, la circunferencia abdominal ha ganado relevancia como un mejor predictor de enfermedades relacionadas con la obesidad, especialmente problemas cardiovasculares y metabólicos. Esto se debe a que mide de manera más precisa la grasa visceral, el tipo de grasa que rodea los órganos internos y que está más estrechamente vinculada a enfermedades graves.

Un estudio publicado en la Journal of the American Heart Association reveló datos impactantes: las personas con una circunferencia abdominal elevada tienen hasta un 163% más de riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas en comparación con aquellas con una medida normal. Incluso, quienes tienen un índice moderado de grasa abdominal presentan un aumento del riesgo del 61%.

A diferencia del IMC, que ignora por completo dónde se acumula la grasa corporal, la circunferencia abdominal se centra específicamente en la grasa visceral, lo que ofrece un panorama mucho más preciso sobre los riesgos de salud.

¿Cómo medir correctamente la circunferencia abdominal?

Para obtener mediciones precisas, es importante medir correctamente la circunferencia de la cintura. Según las recomendaciones de la doctora Cappelletti, la circunferencia abdominal debe medirse en el punto medio entre el reborde inferior de las costillas y la cresta ilíaca, que es el hueso de la cadera. Este punto suele coincidir con la ubicación del ombligo, salvo en casos de abdomen pendular, donde la grasa se desplaza hacia abajo. Además, es crucial que esta medición no se confunda con la "cintura de modista", que se toma en la parte más estrecha del torso.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda mantener la circunferencia de la cintura en proporción a la estatura: la medida de la cintura debe ser inferior a la mitad de la altura de la persona. Superar esta proporción está asociado a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como diabetes tipo 2, hipertensión y enfermedades cardíacas.

Índice de redondez corporal (BRI): una nueva métrica prometedora

Debido a las debilidades del IMC, surgieron nuevas herramientas para evaluar de manera más precisa la distribución de la grasa corporal. Una de las más destacadas es el Índice de Redondez Corporal (BRI), también conocido como Índice de Circunferencia Abdominal (ICA). Este índice combina la circunferencia de la cintura y la estatura de una persona, proporcionando una imagen más clara de la grasa abdominal y su relación con el riesgo de mortalidad.

Un estudio realizado en Estados Unidos y publicado en JAMA Network analizó a más de 32.000 adultos y observó que el BRI tiene una asociación en forma de U con la mortalidad. Tanto los niveles bajos como altos de grasa abdominal están vinculados a un mayor riesgo de muerte. Entre 1999 y 2018, el BRI promedio en la población aumentó de 4,80 a 5,62, lo que refleja un incremento en la obesidad visceral.

El BRI no solo permite una evaluación más precisa, sino que también podría ser una herramienta no invasiva útil para detectar de manera temprana a las personas con mayor riesgo de mortalidad y facilitar intervenciones preventivas.

Obesidad visceral y riesgos cardiovasculares

La grasa visceral, acumulada alrededor de los órganos internos, está directamente relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas y otros problemas de salud. A diferencia de la grasa subcutánea, que se encuentra debajo de la piel, la grasa visceral genera una inflamación crónica que afecta el sistema cardiovascular a largo plazo.

El estudio liderado por el doctor Yun Qian, del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Wuxi en China, mostró que un aumento sostenido en la circunferencia abdominal está asociado a un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas. Incluso cuando se controlan otros factores de riesgo como la presión arterial, los niveles de azúcar y el colesterol, la grasa abdominal sigue siendo un factor determinante.

Estos hallazgos subrayan la importancia de monitorear la circunferencia de la cintura como un indicador crucial de la grasa visceral y su impacto en la salud. No solo refleja el exceso de grasa corporal, sino que también señala el riesgo de padecer complicaciones a largo plazo.

¿Por qué el IMC ya no es suficiente?

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Si bien el IMC puede ser útil a nivel epidemiológico, medir la circunferencia abdominal y usar índices como el BRI representan un cambio crucial en la manera de evaluar el riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad.

Si bien el IMC puede ser útil a nivel epidemiológico, medir la circunferencia abdominal y usar índices como el BRI representan un cambio crucial en la manera de evaluar el riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad.

Las limitaciones del IMC han impulsado a la comunidad médica a buscar alternativas más precisas. Si bien el IMC sigue siendo útil para estudios poblacionales, su capacidad para evaluar el riesgo individual de salud es cuestionable. El BRI y la circunferencia abdominal ofrecen una mejor predicción de enfermedades graves como las cardiovasculares, al enfocarse en la grasa visceral, que es la más peligrosa para la salud.

Nuevos enfoques para mejorar la prevención

Los estudios recientes sugieren que el uso del Índice de Circunferencia Abdominal como herramienta de evaluación en la práctica clínica puede mejorar la detección temprana de riesgos de salud y reducir la mortalidad relacionada con la obesidad. Implementar estas nuevas métricas es un paso adelante en la lucha contra las enfermedades cardiovasculares y metabólicas, ofreciendo a los pacientes y profesionales de la salud una evaluación más precisa y personalizada de los riesgos.