River: con el corazón en juego
Fundado el 25 de mayo de 1901, River es Géminis. Para el Millonario, el día del Superclásico presenta algunos desafíos en el cielo.
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El Sol en Tauro le hace una cuadratura a su Sol natal, generando cierta fricción o falta de claridad.
La Luna en Virgo, sin embargo, armoniza con su signo y puede aportar orden táctico e intuición colectiva.
Marte en Cáncer influye en lo emocional: el equipo puede salir con mucha actitud, pero también con un exceso de ímpetu que podría jugarle en contra si no se controla.
El Mercurio retrógrado puede entorpecer la fluidez de su juego, sobre todo en las transiciones, que suelen ser su punto fuerte.
Clave para River: evitar la impulsividad emocional y apostar al control del ritmo del partido.
Boca: fuerza pura y emociones a flor de piel
Boca, nacido el 3 de abril de 1905, es Aries. Y el cielo del domingo lo tiene como protagonista con varios aspectos claves.
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El Sol en Tauro junto a Mercurio retrógrado genera una energía de reflexión, pero también alerta sobre errores si el equipo se precipita.
La Luna en Virgo puede entrar en tensión con el fuego ariano, generando momentos de desorden si el equipo se deja llevar por la ansiedad.
La posición de Marte en Cáncer, aunque en cuadratura con Aries, le da a Boca una dosis extra de intensidad y lucha. Ideal para ir al frente con decisión.
Además, Plutón en Acuario activa un sextil favorable que permite sacar fuerza desde lo profundo, incluso si el equipo se encuentra en desventaja.
Clave para Boca: canalizar la garra sin perder la cabeza. Si logra sostener su energía, puede inclinar la balanza a su favor.
¿Quién tiene más chances de ganar según los astros?
Si bien ambos equipos tienen aspectos tanto favorables como desafiantes, Boca Juniors aparece con un leve favoritismo astrológico. La energía de Marte, alineada con su identidad combativa, puede marcar la diferencia si logra administrarla con inteligencia.
River, por su parte, deberá encontrar el equilibrio emocional y confiar en su capacidad táctica para sobreponerse a algunos tránsitos tensos. Si lo logra, puede dar una sorpresa desde el orden y la inteligencia colectiva.
Porque en el Superclásico, como en el cosmos, todo puede pasar.