El Superclásico entre River y Boca ya empezó a jugarse más allá de la cancha. Con las formaciones en duda, los análisis futboleros y las especulaciones de siempre, en la previa también apareció la mirada astrológica. Y esta vez, sorprendió.
Giorgio Armas, el astrólogo de Boca, anticipó un Superclásico cargado de tensión y con polémicas arbitrales. ¿Quién ganará?
El Superclásico entre River y Boca ya empezó a jugarse más allá de la cancha. Con las formaciones en duda, los análisis futboleros y las especulaciones de siempre, en la previa también apareció la mirada astrológica. Y esta vez, sorprendió.
Giorgio Armas, astrólogo identificado con Boca y quien en su momento trabajó como consultor para Jorge Almirón, se metió en la previa y anticipó un partido de alto voltaje emocional. “El Superclásico literalmente va a ser una guerra. Porque estamos con una conjunción de Marte, y Marte da fricciones, tensión. Se va a sentir una energía complicada, abrumadora”, declaró.
En su análisis, Armas alertó sobre posibles incidentes dentro del juego: “Veo un árbitro que va a querer ser proporcional, pero no va a poder; tanto es así que va a favorecer a River en alguna jugada puntual o puede darse una ‘boludez’ como nos tiene acostumbrados Boca en todos los clásicos, por una expulsión o lesión”.
A pesar de su vínculo con el mundo Xeneize, el astrólogo no dudó en señalar que el panorama astral favorece al equipo de Núñez: “Marte rige a River, veo una fortuna para el Millonario. Como cuando dije con Cruzeiro lo de la expulsión”.
Sin embargo, no fue tajante con el resultado final. “Si Boca es ordenado, yo creo que se puede traer un empate del Monumental, pero hay que ser inteligentes”, apuntó.
Lo que sí dejó claro es que, desde su perspectiva, el resultado del Superclásico no será determinante para los técnicos. “Este partido no cierra ciclos, ni para Gallardo ni para Gago”, aseguró, más allá de las tensiones que rodean a ambos equipos.
En la previa de un nuevo capítulo del clásico más pasional del fútbol argentino, la astrología también dijo presente. Y el pronóstico, fiel a su estilo, llegó con mística, polémica y más preguntas que respuestas.