Tras la caída, Gago mostró su enojo en la conferencia de prensa, donde apuntó con dureza contra el árbitro Nicolás Ramírez. En ese contexto de bronca y frustración, el DT decidió suspender el entrenamiento del lunes y otorgarle el día libre al plantel.
Más allá del golpe anímico que implica perder ante el clásico rival, el Xeneize no tiene compromisos internacionales, por lo que las jornadas de descanso post-partido se han vuelto habituales en las últimas semanas.
Sin embargo, la preocupación en Boca va más allá del resultado: puertas adentro, comenzaron a surgir cuestionamientos al planteo de Gago, que en el primer tiempo mostró un equipo pasivo, muy lejos de su identidad habitual. El entrenador fue superado tácticamente por Marcelo Gallardo, lo que reavivó las dudas sobre su continuidad.
El futuro del DT dependerá en gran medida de su desempeño en el Torneo Apertura. Si no logra consagrarse campeón, su ciclo podría llegar a su fin, tras haber sufrido además la reciente eliminación en Copa Libertadores frente a Alianza Lima.
La presión aumenta y el margen de error es cada vez menor en la Ribera.