FÚTBOL

El "rincón futbolero" que creó el Papa Francisco en el corazón del Vaticano

Entre reliquias del Ciclón, camisetas de la Selección y mensajes de paz, el Papa Francisco construyó un espacio único en el Vaticano que conecta al fútbol con la fe y la solidaridad.

El rincón futbolero que creó el Papa Francisco en el corazón del Vaticano

La muerte del Papa Francisco, a los 88 años, generó una conmoción mundial no solo por lo que representó como líder espiritual de la Iglesia Católica, sino también por su humanidad, su estilo cercano y, claro, por su inquebrantable pasión por el fútbol. El socio N°88235 de San Lorenzo dejó un rincón futbolero en el corazón del Vaticano que hoy cobra aún más valor simbólico: una vitrina-museo con tesoros del deporte más popular del planeta.

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Los regalos que recibió el papa Francisco y a los que les dio un lugar en su museo

Los regalos que recibió el papa Francisco y a los que les dio un lugar en su museo

Desde su elección como Sumo Pontífice en marzo de 2013, Francisco nunca dejó de ser aquel hincha del Ciclón que fue por primera vez al Viejo Gasómetro de la mano de su papá en 1946. Esa conexión se mantuvo viva durante su papado. “Ser de San Lorenzo es parte de mi identidad cultural”, expresó alguna vez. Y lo demostró con gestos: recibió a jugadores, dirigentes y delegaciones; bendijo camisetas; y abrió un espacio exclusivo en el Vaticano para exhibir reliquias como la casaca azulgrana del torneo ganado en 2013 —la misma que lleva su nombre en la espalda—, los guantes de Sebastián Torrico y una réplica de la Copa Libertadores obtenida por el club en 2014.

Pero su legado futbolero no se detuvo allí. La Selección Argentina también tiene un lugar privilegiado en ese pequeño museo vaticano: una pelota firmada por Mario Alberto Kempes, camisetas utilizadas en el Mundial 2014 y en la Copa América 2011, e incluso la mítica número 10 de Lionel Messi con las firmas de todo el plantel.

Justamente, el encuentro entre Francisco, Messi y el resto de los jugadores de Argentina e Italia, ocurrido en la Sala Clementina en 2013, dejó una huella profunda. Con humor y orgullo por sus raíces, el Papa dijo: “Vieron que unos fueron obedientes y ordenados —los italianos— y otros desordenados y desprolijos —los argentinos—. Bueno, yo soy uno de ellos; ahora saben de dónde vengo”. Messi, conmovido, no pudo contener las lágrimas.

Para el Papa, el fútbol fue mucho más que una pasión: fue una herramienta para transmitir valores. “Con una pelota de trapo se hacen milagros”, dijo en 2019. También instó a los futbolistas a ser ejemplos de “lealtad, respeto, altruismo y solidaridad”. En su visión, el deporte puede unir comunidades y promover la paz.

El mensaje de San Lorenzo, tras su fallecimiento, lo sintetizó con ternura y verdad: “Cuervo de niño y de hombre... Cuervo como sacerdote y Cardenal... Cuervo también como Papa”. De Jorge Mario Bergoglio a Francisco, hubo algo que nunca cambió: su amor por el Ciclón y su fe en que, con una pelota, también se puede cambiar el mundo.