Driussi disputó 13 partidos en este primer tramo del año, sumó 687 minutos, nueve como titular, y aún no convirtió goles ni aportó asistencias. Incluso, falló un penal ante Barcelona de Ecuador en la Copa Libertadores. La estadística se vuelve más llamativa si se la compara con otros rendimientos flojos del pasado reciente: Adam Bareiro, por ejemplo, jugó 16 encuentros con River, sin goles y con apenas cinco titularidades, acumulando 567 minutos.
A pesar de esto, Marcelo Gallardo mantiene su confianza en el “Gordo”, a quien conoce desde las divisiones inferiores y fue uno de los impulsores de su regreso. Para el DT, la adaptación tras tres años y medio en la MLS lleva tiempo, y destaca que el contexto de competencia en Argentina es muy distinto al que Driussi dejó atrás en Estados Unidos.
El recuerdo de su primer ciclo, con 28 goles en 105 partidos, conquistas importantes como la Copa Sudamericana 2014 y la Libertadores 2015, y gritos inolvidables ante Boca, le otorgan cierto margen. Pero con 29 años, la exigencia de River y su gente no admite demoras demasiado prolongadas: el crédito está abierto, pero no es eterno.