Además de la falta de luz, otro de los problemas que preocupa a los damnificados es la inseguridad. “Los vecinos me dijeron que robaron por acá cerca”, contó Adelicia, quien prefirió quedarse en su hogar para evitar que saqueen lo poco que le quedó.
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La situación es aún más dramática para su hija, quien atraviesa un panorama peor: “Tiene cuatro chicos chiquitos y nadie la ayudó. Anoche durmió en los colchones mojados”, relató con angustia.
El agua alcanzó hasta medio metro dentro de su casa, arruinando muebles, electrodomésticos, ropa y su vehículo. “Las camas y colchones, ropa, zapatillas, los muebles con la humedad se perjudicó todo, el auto se estropeó, todavía está el agua alta”, detalló. Las condiciones de insalubridad también son alarmantes: “No pude dormir porque es tanta la humedad, el olor, los mosquitos, bichitos, impresionante”.
Mientras tanto, los vecinos del barrio siguen esperando asistencia y soluciones en medio de una de las peores catástrofes climáticas que golpearon la ciudad en los últimos tiempos.