BULLYING

Luchar contra el acoso escolar: una tarea de todas las personas

Según un estudio, 8 de cada 10 adolescentes recibieron en la escuela chistes o comentarios que les generaron incomodidad.

Luchar contra el acoso escolar: una tarea de todas las personas

Hace 18 años que desde Encontrarse en la Diversidad buscamos luchar contra toda forma de discriminación, construyendo con las comunidades herramientas para la promoción de diversidad y derechos. En estos años, aprendimos que, para trabajar sobre el acoso escolar, es preciso recuperar y amplificar las voces de quienes más saben: los y las estudiantes. A eso vamos cuando, desde Encontrarse en la Diversidad, elegimos trabajar en conjunto con las escuelas y quienes las habitan.

Entendemos que para terminar con el acoso escolar debemos trabajar en conjunto todas las personas involucradas, entonces escuchar a los y las estudiantes, es un eslabón fundamental. Por eso, mientras buscamos datos para poder trabajar sobre un diagnóstico, construimos a la par el camino hacia escuelas y comunidades respetuosas de la diversidad, junto a los y las jóvenes que las transitan.

Repensar el acoso escolar desde una perspectiva de diversidad implica revisar el foco tradicional puesto en las víctimas y en su capacidad de ser fuertes, valientes, ignorar o adaptarse. La diversidad conlleva dejar de pretender que las personas adelgacen o engorden, se cambien la ropa, se planchen el pelo u oculten quiénes son. Implica entender el rol de todas las personas que forman la comunidad educativa y construir soluciones en donde todas ellas sean parte. Significa romper la lógica de que quienes presencian una situación de acoso son cómplices, y reconocer que el fenómeno es más complejo y que muchas veces, también son víctimas. El acoso escolar desde esta lógica, nos invita a hacernos responsables por otros y por otras, a comprometernos en la construcción de comunidades educativas libres de violencia y respetuosas de todas las identidades.

En los talleres que realizamos partimos de preguntas que nos permitan pensar en conjunto. Para construir respuestas de manera colectiva y significativa, resulta fundamental un espacio seguro, de disfrute, donde sepamos que las voces de las juventudes valen tanto como todas las demás. Por eso recurrimos al juego, al intercambio, al trabajo en grupos, al humor, y la reflexión compartida.

El-Bullying-o-acoso-escolar-1200x750.webp

Además de trabajar realizando talleres e intervenciones con escuelas secundarias, en 2023 y 2024 realizamos una encuesta dirigida a adolescentes para conocer la situación del acoso escolar en las instituciones. Los resultados analizados de esta encuesta brindan múltiples ejes para pensar los vínculos escolares y las experiencias de los y las jóvenes que se encuentran transitándolos, sumado al rol de adultos y adultas referentes que acompañan dichas trayectorias, y a la responsabilidad de la sociedad en general.

Desde Encontrarse entendemos que los datos son herramientas para tomar decisiones, para hacernos nuevas preguntas y buscar soluciones. Por eso, resaltamos algunos que dan pie a la reflexión para construir comunidades educativas y sociedades responsables y respetuosas de la diversidad.

Según la encuesta, 8 de cada 10 adolescentes recibieron en la escuela chistes o comentarios que les generaron incomodidad. Pero no solo resulta llamativo el alto porcentaje que indicó sufrirlo, sino que entre los principales temas de apodos y burlas, se encuentran algunos que, socialmente en el último tiempo, se ha escuchado erróneamente que para la juventud “ya están superados”.

Del 82% de jóvenes que indicaron recibir estos apodos y burlas, el 77% indicó que estas se relacionaban a su aspecto físico, talla, peso o cuerpo. Es fundamental, entonces, no perder de vista que los cuerpos siguen siendo un foco de violencia simbólica en las escuelas, y no solo en las redes sociales.

Si entendemos que la discriminación es cultural y se reproduce colectivamente, es responsabilidad de todas las personas y ámbitos desandar este camino. Aunque desde las escuelas pensemos nuevas estrategias y recursos pedagógicos para trabajar estos temas con estudiantes en el aula, con sus familias, con los equipos docentes, entendemos que la cultura tiene un papel central. Por eso necesitamos construir otras formas, mostrar otras historias, que las redes se llenen de cuerpos diversos, que las publicidades nos representen a todas las personas, que encontremos talles para todos los cuerpos, que las novelas y los noticieros empiecen a mostrar el mundo tal cual es: diverso.

Otro de los temas a los que se relacionaron las burlas según el 17,5% de estudiantes que las recibieron, es el del género y orientación sexual. A lo largo del informe realizado a partir de los resultados de la encuesta, el tema del género se encontró muy presente: las respuestas variaron mucho para varones y mujeres. Uno de los datos que más nos invita a atender esto, es la diferencia en las respuestas en torno al uso de la violencia física, que es del doble en el caso de los varones. Por su parte, las chicas reciben con más frecuencia apodos, chistes o comentarios ofensivos, mensajes desagradables, y humillación o ridiculización a través de la difusión de información sobre ellas en redes sociales. Atendiendo a estos datos, podemos afirmar que los estereotipos y mandatos de género claramente están marcando diferencialmente las situaciones de acoso a las que están expuestas chicas y chicos, y ello sugiere la importancia de abordajes del fenómeno con perspectiva de género.

En tercer lugar, el 16% de quienes recibieron apodos, burlas o comentarios que los incomodaron, indicaron que estaban relacionados a su color de piel. Nos parece importante resaltar que, si bien aspecto físico, talla, peso o cuerpo fue el eje más mencionado en relación a las prácticas de discriminación, hay respuestas variadas sobre otros aspectos identitarios que son tomados para hacer chistes, comentarios o burlas. Sabemos que la identidad es compleja y plural, y se construye de manera constante, por lo que leer estos datos de manera interseccional es imprescindible.

Queremos proponer que los datos obtenidos de esta encuesta sean excusa para abrir conversaciones, para hacernos nuevas preguntas, para re-pensar el rol de todas las partes que integran la comunidad educativa. Que las escuelas sean un lugar seguro y de respeto para todas las identidades no es tarea solamente de docentes y estudiantes; involucra también a las familias, a cada una de las personas que trabaja en la escuela; a los medios de comunicación, a los negocios del barrio, al Estado. La escuela es un ámbito más en el que nos movemos y nos formamos, por lo que no es la única responsable de desarticular la violencia. Aprendemos y enseñamos en todos lados, por lo que des-aprender es tarea de todas las personas.

*Por Florencia Fisch y Melisa Libfrand

Se habló de