¿Es una pose? ¿Una exceso de melancolía? ¿Una apuesta por lo humano? Lo cierto es que en las últimas semanas creció en las redes sociales una modalidad de reunión entre amigos que resulta totalmente anacrónica.
¿Una tendencia que crece o un fenómeno para excéntricos? Mitos sobre la desconexión digital y el uso del teléfono celular.
¿Es una pose? ¿Una exceso de melancolía? ¿Una apuesta por lo humano? Lo cierto es que en las últimas semanas creció en las redes sociales una modalidad de reunión entre amigos que resulta totalmente anacrónica.
Grupos de amigas y amigos acuerdan dejar sus teléfonos celulares antes de comenzar a dialogar, reír o comer.
Suena filantrópico, uno no sabría definir si es demodé o todo lo contrario, si son vanguardia y las reuniones en los próximos años funcionarán así, teniendo en cuenta una dificultad ineludible: la invasión de redes sociales que proponen mecanismos y dinámicas de cualquier tipo. Desde escribir 6 párrafos, a sacarse una selfie, hablar con el tío que vive en Australia, vender una maceta o simplemente mirar recortes de un recital de Lali.
Incluso son los propios artistas los que muchas veces le piden a su público que preste atención de manera directa, sin la intervención del celular.
“Propicia el diálogo, la atención genuina, volver a encontrarnos entre seres humanos. Al principio es raro, pero para los que estamos cerca de los 40 años no es algo que no hayamos vivido antes”, dice Vicente Poggernik, uno de los precursores. “Te obliga a bajar dos o tres cambios”.
#NoCellPhones es una tendencia que se afianza entre adultos de entre 30 y 40 años y nadie conoce sus límites hasta el momento. En España son cada vez más frecuentes estos encuentros. En Argentina todavía parece una regla no muy explorada. Algunos amigos arman su "mesa" sin conexión, pero el fenómeno parece ir de boca en boca.
Poggernik da una fórmula: “Lo primero que hay que hacer es estar tranquilos. Después todo fluye. Antes de entrar, le aviso a mi círculo que por unas horas no voy a estar disponible. El celular para el trabajo y las obligaciones. Para la conexión humana, prefiero las caras”.
La radio Futurock organizó este feriado del 18 de noviembre un encuentro con la siguiente sugerencia. "La idea del encuentro es estar DESENCHUFADOS para juntarnos y encontrarnos entre nosotros, así que antes de entrar al predio te vamos a pedir algo particular: que apagues tu celular para que las horas que pasemos juntos sean un desenchufe real".
El uso del celular en reuniones sociales interrumpe la dinámica interpersonal, generando distracciones y momentos incómodos. Según un estudio del Pew Research Center, el 82% de los adultos considera que la presencia del teléfono en interacciones reduce la calidad de las conversaciones. Esto ha impulsado una reflexión colectiva sobre la importancia de las conexiones cara a cara.
La constante exposición a notificaciones, redes sociales y mensajes crea estrés y agotamiento, conocido como fatiga digital. En respuesta, muchas personas buscan en las reuniones sociales una oportunidad para desconectar y disfrutar de interacciones más humanas y enriquecedoras.
Estar completamente presente en reuniones permite generar recuerdos significativos. Estudios han demostrado que las experiencias compartidas sin distracciones tecnológicas se perciben como más auténticas y satisfactorias.
Aunque estas tendencias no implican un rechazo absoluto a la tecnología, reflejan un intento de alcanzar un equilibrio entre lo digital y lo humano. El teléfono celular, aunque imprescindible en muchos aspectos de la vida moderna, está siendo reevaluado en contextos donde la conexión personal tiene mayor valor.
Con el tiempo, estas prácticas podrían consolidarse como normas sociales, fomentando entornos más conscientes y conectados emocionalmente.
